El Salmo 133 es un himo a la comunión entre hermanos que debería existir hacia el interior del Pueblo de Dios. Luego de tantos milenios sigue teniendo actualidad. Vamos a sacarle el jugo. Antes que nada, este es el texto traducido:

"He aquí que bueno y que dulzura
habitar todos los hermanos como uno.
Como ungüento bueno sobre la cabeza, que baja por la barba,
que baja por la barba de Aarón hasta la orla de sus vestiduras.
Como rocío del Hermón
que baja sobre las alturas de Sión.
Porque allí manda Yahveh la bendición,
la vida hasta la eternidad."

Esta es una composición sapiencial que celebra la fraternidad comunitaria usando el estilo proverbial de la época en que fe escrito. Y de esta se desprende indirectamente una alabanza a Dios.

Pertenece a una colección que se llama "canciones de las subidas". Esta es una serie que incluye los salmos que van del 120 al 134. Se cantaban en el marco de las peregrinaciones anuales que el Pueblo Judío hacía hacia Jerusalén. Estas fiestas eran una ocasión propicia para que crezcan los vínculos familiares y se intensifique la unión nacional.

En nuestro contexto actual, sería muy bueno que los creyentes lo recemos. Con dos intenciones: pedir la unidad y meditar dónde está la fuente de la misma.

Vamos con la explicación de las palabras. Se las pongo en castellano y entre paréntesis la transliteración del original hebreo.

Bueno (TOB)

Tiene varios significados. En nuestro salmo hay dos usos. En el versículo 1 está inserto en una expresión en infinitivo (habitar). En este uso se contiene un juicio o una decisión sobre los presupuestos necesarios para salvar la vida o para la prosperidad. En sentido amplio entran diversas reflexiones de carácter sapiencial. Otras veces se trata de la prosperidad, incluida la posibilidad de existir. En sentido genérico se pasa a la idea concreta de “dicha, fortuna, bienestar”. Si es Dios quién da esta situación próspera, entonces designa “bendición, salvación”. En este caso incluye también la idea del modo concreto que reviste dicha situación.

Tob es también empleado como designación de calidad cuando acompaña conceptos del mundo de la agricultura. En el caso del versículo 2 es una expresión calificativa absoluta para designar que una determinada característica se da en un objeto de forma especial (ungüento: “fino, exquisito”)

Dulce (NA’IM)

Puede ser usado con referencia a las personas o a las cosas. Con respecto a las personas aparece en el Cantar de los cantares, cuando la novia le dice al novio que es delicioso; esto dentro de un dialogo en el que se declaran su mutua admiración y su mutuo amor. Esta expresión se puede traducir con el término amable, que es el sentido con el cual se usa en el segundo libro de Samuel (1,23)

Con respecto a las cosas, se habla de la dulzura de la alabanza a Dios (Sal 147,1) y del guardar las palabras de los sabios en el seno (Pr 22,18). En este sentido se entiende la dulzura del habitar los hermanos como uno en nuestro salmo. El Salmo 16 también nos da preciosos datos para profundizar este término. Habla de las delicias que traen el camino de la vida delante del rostro de Dios (11) y de la delicia del lugar que ha tocado en suerte por la Providencia de Dios (6). Por otra parte, el libro de Job recuerda que el escuchar las palabras de Dios y ser dóciles a ellas es lo que trae la delicia de los años (Job 36,11).

Podemos concluir que una persona o un hecho es NA’IM cuando por sí misma o por su acción se hace digna de ser amada o disfrutada. Por este motivo la traducción al latín de este término fue iucundus agradable, encantador, festivo, ameno, gracioso, amable).

Habitar (SKN)

Originariamente el término hebreo significa "erigir" (levantar una tienda). Luego evoluciona a "establecerse, detenerse, habitar". Junto a estos, también puede significar "sentarse, estar sentado". El modo y la duración de la permanencia solo lo dan el contexto en que es usado. El carácter duradero de una residencia se puede subrayar por medio de be'olam (a este lo explico un poco más adelante). En algunos casos esta es una permanencia estable en tiendas (Gn 9,27).

Se debe tener en cuenta que también Yahveh habita en medio de su pueblo, en el monte Sión. Se trata de una permanencia real, de una presencia duradera y no solo de una parada transitoria.

Hermanos (‘AH)

Estrictamente, el sentido de esta expresión se refiere a la hermandad según la carne (Dt 13,7). Pero tiene también un significado lato que es el de pariente cercano, compañero de tribu, compatriota, colega o amigo. Por último, este concepto tiene una acepción que se emplea entre iguales en las fórmulas de mensaje (Nm 20,14) y en las fórmulas de cortesía y el trato diplomático (1 Re 9,13).

En el versículo 1 del salmo hay una reflexión ética sobre la justa fraternidad de la vida diaria. Se pone de relieve la confianza y el afecto.

Si llevamos esto al Nuevo Testamento, podemos darle mucho sentido a la expresión de Jn 1,14 cuando dice que "La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. De la misma manera, el segundo término nos ayuda a comprender el sentido que tiene este término cuando se habla de los "hermanos" de Jesús.

Que baja (YORED)

Esta es una expresión usada 380 veces en el Antiguo Testamento. Expresa ser conducido o conducir abajo. Ya sea a una ciudad (Guilgal, Queila); de Palestina a Egipto; desde la región montañosa al desierto o bien bajar a un pozo. Esta es, también, la palabra técnica que indica el descenso de los muertos al mundo subterráneo.

Junto a esto, se utiliza para expresar la "bajada" de Yahveh desde el cielo, sin que sea necesario mencionar la morada de Dios como lugar de salida. Esta bajada se produce a través de las teofanías, lo que señala que queda oculta a la percepción inmediata. Esta bajada también indica la superioridad de Dios sobre el mundo: viene a liberar y ayudar (Ex 3,8) o a castigar (Gn 11,7).

Ungüento (SHEMEN)

Se trata aquí de una mezcla de aceite y perfumes que se utiliza para la consagración de las cosas destinadas al culto y de los sacerdotes. El que se usó para ungir a Aarón estaba compuesto por mirra pura, cinamomo, caña aromática, casia y aceite de olivo (cfr. Ex 30,23-24). Estos aromas escogidos forman una mezcla que es catalogada como "perfume aromático" u "óleo para la unción sagrada".

Tiene, por lo tanto, una función eminentemente cultual. Dios elige y consagra a través de la unción. También los reyes eran ungidos para cumplir su misión, lo que les daba un carácter sagrado.

Aarón

Dentro de las tradiciones redaccionales que tiene el Pentateuco (los cinco primeros libros de la Biblia), la Sacerdotal lo representa ungido como el Sumo Sacerdote llevando sus vestiduras e inaugurando sus gestos. Ex 29,5-7 no dice que para su consagración estaba vestido con una túnica, el manto, el efod y el pectoral. Encima de su cabeza la tiara y una diadema sagrada. Así vestido se le derrama el óleo de la unción sobre su cabeza.

La referencia a la barba por la que corre el abundante crisma es a causa de que el sacerdote no podía recortar sus bordes (Lv 21,5), por lo cual esta era prominente y se podría haber convertido en proverbial.

Rocío (TAL)

Durante la estación seca (de mayo a octubre) esta es la única posibilidad de humedad en Palestina. El salmista no sabía que el rocío es el producto del cambio de temperatura durante la noche y cree que es una corriente de aire fresco que viene de la región conocida como Antilíbano. Como con este rocío se hace posible la maduración de los frutos del verano es considerado como una bendición divina.

Hermón

Este monte es el límite de las conquistas que realizó Israel. A sus pies ya estaban los Hititas. Desde su cumbre otea la novia del Cantar de los Cantares esperando a su amado.

Geográficamente es el límite norte de las llanuras paralelas al lago de Galilea, conocidas como las llanuras de Basán (o Jaurán). Esta región es muy fértil a causa de que las lluvias son abundantes. Por eso las cumbres nevadas del Hermón contrastan con las secas alturas de Sión y el aire fresco que provenía de esa zona tenía beneficiosa influencia en la Palestina.

(Alturas de) Sión

La fórmula plural que se utiliza sólo indica la peculiaridad topográfica del lugar. Sión expresa la ciudad de Jerusalén en su existencia política e histórica.

Salvo unos pocos casos, el nombre de Sión tiene como contexto el lenguaje cultual: es la ciudad de Yahvéh. El monte Sión es dónde Yahvéh habita o es accesible, es el lugar del templo. De Sión sale la bendición de Yahvéh al país (Sal 134,3). En Isaías 2,2ss se habla de la peregrinación pacífica de los pueblos para ser instruidos por Yahvéh en Sión.

Los cánticos a la gloria de Sión (Sal 46,48,76,87 y 132) son expresiones de los sentimientos de veneración y de confianza del pueblo de Israel para con su santuario nacional. Aparecen aquí perspectivas escatológicas: se ve la Jerusalén mesiánica hacia la cual afluirán los pueblos para buscar la salvación (Cfr. Is 60; 62 y 66)

Ordenar (SWH)

Es un "verbum dicendi" que designa una forma específica de hablar: la de un superior que ordena y manda a un subalterno. Por eso se traduce como "dispensar" o "enviar".

Bendición (BERAKA)

Aparece 378 veces en el A.T. En 23 casos está en relación con Yahvéh, como resumen de su acción salvífica. En otros se resalta la comunicación de su fuerza. El hecho de que se hable de que Yahvéh "derrama" la beraka se debe a que en ocasiones, como en nuestro salmo, aparece como lluvia fertilizante, como rocío.

Pero esto no debe hacernos pensar que en este elemento está el sentido central del término. A este hay que encontrarlo, más bien, en que es un don que Dios hace al hombre y que, a lo largo de la historia de Israel, va tomando determinadas formas concretas de expresión (tierra, hijos, vida)

Vida (HAYYIM)

Es un plural abstracto o un plural de duración. Si no se destaca específicamente el aspecto de duración puede tener un sentido genérico y designar simplemente "existencia".

No es considerado como un principio (de vida) inherente, unido al cuerpo, sino como una posesión o un don salvífico: la vida es un don de Dios porque el hombre ha sido creado como "naefaes haya" (ser viviente: Gn 2,7). En nuestro caso esto resulta evidente pues es un objero del verbo SWH.

Siempre, eterno (‘OLAM)

Tiene el significado básico de "el tiempo más remoto, tanto respecto al pasado como al futuro, o a ambos. ‘ad ‘olam significa "por siempre, perpetuamente, hasta la eternidad", dónde "eternidad" no es otra cosa que el futuro ilimitado.

Este término se utiliza ocasionalmente en la literatura preexílica, en contextos teológicos más o menos significativos, pero todavía no ha sido apropiado ni acuñado por el lenguaje teológico. En algunos pasajes (Gn 13,15; Os 2,21) es perceptible el influjo del lenguaje jurídico. Los escritos históricos y el Deuteronomio prefieren el giro más dinámico, que puede conectar con la orientación de la conciencia del tiempo en la historia del pueblo. La profecía escrita más antigua lo usa muy poco y no en el sentido técnico escatológico-profético.

A partir de Jeremías y de Ezequiel se abre el camino a un nuevo uso para expresar la definitiva actuación escatológica de Dios, ante todo, la dimensión del juicio. Con el Deutero-Isaías adquiere un valor teológico nuevo: así como Yahvéh, el Creador, es Señor de los confines de la tierra, así también como Dios de la eternidad, es Señor de la historia de todos los pueblos y permanece incansablemente fiel al destino de Israel.

En nuestro versículo 3 se nota que hay influencias de una tradición anterior al Deutero-Isaías, porque afirma la eternidad de Sión como el lugar de la presencia salvadora de Dios.

¿Cuándo fue escrito?

Si tenemos en cuenta el uso de Sión y otras expresiones cultuales (Aarón, bendición, vida, bajar) es probable que se escribiera en el marco de una peregrinación a Jerusalén. Creo que es muy sugerente el termino "habitar" para poder afirmar que es con ocasión de la popular fiesta de las tiendas que se cantaba este salmo.

En lo concerniente a la datación historia de la composición, el uso de Sión nos ubica a una fecha anterior al destierro de Babilonia. La forma de presentar a Aarón es típicamente sacerdotal, con lo cual nos estaríamos situando en el mismo exilio. Pero el salmo habla del rocío que llega a Jerusalén, y esto nos hace pensar que es una locución que se puede experimentar actualmente, caso contrario perdería su fuerza expresiva.

Si esto es así, nos situamos entonces como época de redacción luego de la vuelta del destierro, cuando Jerusalén está reconstruida. Tal vez durante la actuación de Esdras a fines del siglo IV. Neh 8-9 podría ser un buen contexto para entender el contexto: en la fiesta de las tiendas el pueblo se encuentra celebrando las alabanzas de Dios que los ha reunido y les ha dado una ley que los guíe, pero, sobre todo, que nunca ha abandonado a su grey.

Ya que el salmo elogia el habitar todos en uno, nos preguntamos que significa esta unidad celebrada. Evidentemente la base de la unidad del pueblo de Israel es religiosa. El contexto mismo del salmo nos conduce a eso: se habla de una comunidad reunida por una celebración en honor a Yahvéh.

Pero la causa profunda de esta unidad no es la mera ocasión de esta fiesta de las tiendas. La radicalidad de la unión del pueblo es Yahvéh mismo. Porque se han reunido en su nombre, porque es su Nombre el que los ha reunido. Sin una referencia a la respuesta a esta llamada divina la comunidad no tiene sentido alguno.

Samo 133: alegría y júbilo

Esta unidad tiene ciertas características que confirman y argumentan la respuesta que hemos dado:

Es una bendición divina.

En el vocabulario que realizamos al comienzo podemos notar la constante referencia al hecho de que la bendición se nota en los distintos términos. Pero también es sumamente sugerente la utilización reiterada del término yored. Hay algo que baja y que se describe plásticamente como el óleo que va desde la cabeza, pasando por la barba, a la orla del manto. O como el rocío que baja desde las montañas al monte del templo.

En este caso se grafica la bajada de Yahvéh que bendice a los congregados en Sión. Esta bendición es mandada, por lo tanto, es algo que un superior da a un subalterno que no la posee. Con lo cual nos situamos en la categoría de don: la unidad es don divino.

La unidad es propia de los hermanos que co-habitan.

Esto que parece una verdad de Perogrullo, sin embargo, hay que afirmarlo. No se da verdadera unión en la dispersión, en el participar de un mismo hecho pero sin tener referencia al otro. La unidad no significa sólo no estar "en contra de" sino "habitar junto a". Más a esto no hay que reducirlo a un mero co-existir.

De ahí que el término hermano que se utiliza es muy sugestivo. Hace referencia al lazo carnal. Pero se amplía al colega, al amigo, al compatriota. Es interesante, también, que el habitar concreto es con ocasión de una fiesta, es decir, un momento en el cual uno detiene las actividades cotidianas y se encuentra con el otro para celebrar los gozos y las penas de su existencia.

La unidad es algo bueno.

Recordemos que este tipo de bondad es un presupuesto necesario para salvar la vida o para la prosperidad. Evoquemos también el contexto de este salmo: la comunidad que celebra luego de la reconstrucción de Esdras. Por lo cual se podría afirmar que la unidad en torno a Yahvéh y su palabra es causa de bondad en el sentido apuntado.

La unidad es dulce.

La convivencia fraterna parece que cambia también la forma de percibir los pequeños detalles de la existencia. El buen conviviente tiene su óptica transformada: el lugar donde está, sea como sea, es un "sitio de delicias" porque allí se encuentra su hermano. Así esta situación se transforma en digna de ser amada y se la disfruta plenamente.

En la comunidad da Dios la vida para siempre.

Esta vida que constituye un don salvífico de Dios. Pero también es un regalo que le permitirá seguir existiendo como componente del pueblo elegido. Porque es allí, y no en otro lugar, que se recogerá este fruto.

La unidad es una teofanía de Dios.

Y creo que esto puede ser lo más interesante. Donde está el pueblo reunido para la fiesta cultual, allí se está manifestando Dios. Donde está la unión de los hermanos, allí hay que buscar a Dios presente y actuando. Es muy fuerte el uso de términos que refieren a la bendición, como ya dijimos. Y la causa última puede llegar a ser esta: Dios que se regala y se deja encontrar en el signo pobre y sencillo de un grupo unido en su nombre.

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