También nosotros somos lo que han vivido nuestros hermanos mayores. Porque esa es la raíz cultural en la cual nuestra fe se fue haciendo vivencia... haciendo cultura. Recordar lo pasado nos ayuda a vivir en plenitud el presente.
María mantuvo fiel su unión con el Hijo hasta la cruz. Sufre con su Unigénito y se asocia con entrañas de madre a su sacrificio, consintiendo amorosamente en la inmolación de la víctima que ella misma había engendrado.