Nicolás nació en Petraroia, Provincia de Benevento, Italia el 17 de septiembre de 1882, hijo de Pablo De Carlo y Carmen Varrone. A los pocos meses de edad sus padres se radicaron en Entre Ríos y desde la primera infancia vivió en Paraná, frecuentando primero las escuelas oficiales y luego el colegio San José fundado por el Padre Toujas.
Sus estudios eclesiásticos
Sus estudios de Bachillerato y la carrera eclesiástica los cursó en el colegio la Inmaculada de los padres Jesuitas de Santa Fe No pudiendo ordenarse por su escasa edad; el Obispo de Paraná Mons. De la Lastra lo retuvo a su lado como familiar.
Recibió las ordenes de manos del entonces Obispo de Paraná Mons. de la Lastra, la tonsura y cuatro órdenes menores el 29 de mayo de 1899, el subdiaconado el 18 de diciembre de 1903, el diaconado el 26 de octubre de 1904 y el presbiterado el 18 de marzo de 1905. Canto su primera misa el 19 de marzo del mismo año en la capilla San Antonio de esta ciudad.
En el Seminario
Fue profesor del seminario el 24 de febrero de 1905. Comenzó a dictar clases antes de recibir el presbiterado y al mismo tiempo ocupó el cargo de maestro de ceremonias de la catedral. Fue también Maestro de coro de la Catedral 31/12/1904, Capellán de Coro de la Catedral desde el 14/10/1908
Acompañó en 1913 a Mons. Bazán como Secretario en la visita Ad Limina.
Cuando los padres del Verbo Divino dejaron la dirección del seminario; Mons. Bazán lo nombro Vicerrector el 1 de enero de 1914. Desempeño este puesto hasta su promoción al episcopado. De esta época escribirá el Padre Juan Vilar en una semblanza sobre él:
”Inicia su vida sacerdotal como profesor del seminario y desde las primeras clases, sus alumnos adivinan el espíritu grande y generoso, el psicólogo que ha de ser el educador para convertirse en algo más que un simple trasmisor de ideas, el animador de los discípulos a los que hay que entusiasmar por la materia que se dicta a fin de que no se limiten a estudiar para salir del paso o para sacar buena nota, sino para aprenderla y saberla. Y al mismo tiempo va infundiendo ese amor a la ciencia, Mons. De Carlo, infundía a la vez el amor a las almas, el amor al sacerdocio, el amor a la patria, y sobre todo el amor a Dios……….Estaba en todo, en lo material y en lo espiritual, en el estudio y en la oración , en la disciplina y en el recreo y sobre todo en las enfermedades de los seminaristas, convirtiéndose entonces en una verdadera madre, pero madre inteligente, pues era un enfermero admirable.”
En el Primer Sínodo
Y llegamos a nuestro primer Sínodo Diocesano, donde por el Decreto del 28 de enero de 1915 se nombraba: Maestros de Ceremonias los canónigos Prebendados Nicolás de Carlo y Domingo Corbi Rodriguez; acompañando al Pbro. D. Julián Martínez, cura de la Catedral y Fiscal de la Curia Diocesana, Secretario al Pbro. Juan Cresta, Pro Secretario Manuel Baños, notarios Pbro. Juan Cresta y Juan Vilar. Los jueces de excusas, los sacerdotes, Mons. David Luque, D. Clementino Balcala, D. Quintín Velasco, D. Claudio Poyet y D. José Zaninetti.
Obispo Auxiliar de Paraná
Fue Preconizado Obispo titular de Eleuteropolis y auxiliar de Paraná el 2 de agosto de 1918, consagrado en la Catedral por Mons. Bazán y Bustos, Jose Luque y Mons. Carlos Echenique el 30 de marzo de 1919. De Vi Rector del seminario se convierte en Vicerrector de la Diócesis. Su elevación a la dignidad de Obispo auxiliar y el cargo de Vicario General que muy pronto le confío Mons. Bazán, lo llevaron a ser el brazo derecho de su prelado, que de salud enfermiza, no podía dedicarse según sus deseos al trabajo apostólico ni a las visitas que reclamaban las parroquias más extensas.
Al fallecimiento de Mons. Bazán, el Vicario Capitular Claudio Poyet lo nombro Pro Vicario y siguiendo en el puesto de Provisor. Al hacerse cargo de la diócesis el nuevo Obispo Mons. Julián Martinez lo nombró para los mismos cargos de Provisor y Vicario General el 26 de octubre de 1927.
Mons. Nicolás capto enseguida esta realidad y pudo enfocar el problema de acuerdo con las directivas que le había pedido Mons. Bazán. La población crecía rápidamente y había que dotar a los centros de población de centros de irradiación espiritual y religiosa para que esos pueblos no crecieran al margen de la fe y la religión y se convirtieran en indiferentes y, lo que es peor, en enemigos de la Iglesia, dice Vidal en este extenso artículo sobre la semblanza de este padre.
"Había que levantar capillas, construir oratorios, no había que dejar estación de ferrocarril sin su templo aun en medio del campo y Mons. De Carlo, lo hizo, entusiasmó a los curas, y a la gente y comenzaron a formarse comisiones pro templo, a bendecirse piedras fundamentales y luego iglesias." Sigue relatando el Padre Vidal hablando de Mons. De Carlo; que recorrió la provincia entera, que estuvo en todas las ciudades y pueblos, en todas sus estaciones, en todos sus centros de población "y ahí iba como obispo misionero, a predicar la palabra, a pasarse el día entero en el confesionario, escuchando a las comisiones pro templo… y Monseñor los escuchaba a todos, los atendía, les hablaba y lo que es más notable, a todos dejaba contentos, entusiasmados y con ganas de trabajar más."
Con la Acción Católica
Y qué decir de su entusiasmo por la Acción Católica? Apenas comenzada en Argentina, ya la conocía, pues en su viaje a Europa en 1929, había tenido contacto con Mons. Tardini y con los cuatro sacerdotes argentinos que fueron a estudiar la Acción Católica en Roma.
Participo activamente de los congresos de jóvenes y de señoritas que se realizaron en Paraná en 1932- 1933 y que impulsaron los centros y círculos de ambas juventudes. Fue Deán de la catedral 22-9-1932. Fue el animador de las grandes asambleas populares, de esas que hoy estamos acostumbrados a ver, como las de acción católica.
En Entre Ríos comenzaron antes, dice este escrito de Vidal, y comenzaron en las parroquias de campaña, donde por un lado es más fácil juntar a la gente porque es más dócil y por otro más difícil por las distancias y las dificultades. Se prepararon asambleas de preparación al Congreso Eucarístico, el diocesano y el internacional celebrados en 1934.
Los dieciséis años que fue Vicario General del Obispo Mons Bazán y del Arzobispo Mons. Martinez, mostraron al Obispo Celoso, al Prelado organizador, al gobernante perspicaz, por eso nadie se extraño que cuando había que organizar la Diócesis de Resistencia, se le enviase como vicario. Los antecedentes eran inmejorables, los resultados están a la vista. Decía Vidal en el artículo sobre su semblanza.
Obispo Auxiliar de Santa Fe
El 1 de diciembre de 1936 es nombrado Obispo Auxiliar de Santa Fe, para acompañar a Mons. Fasolini, Arzobispo de Santa Fe.
El 20 de diciembre de 1936 a pedido del gobierno de la nación y por delegación especial del Santo Padre se hizo cargo de la atención de los territorios de Chaco y Formosa, a fin de preparar y organizar la nueva Diócesis desmembrada de la arquidiócesis de Santa Fe.
Primer Obispo de Resistencia
El 14 de abril de 1939 el Nuncio apostólico Mons. Fietta ejecutaba la Bula de la nueva Diócesis de Resistencia y le encargaba provisoriamente su gobierno.
El 18 de julio incluyo en primer término la terna para proveer el Obispado y el 1 de agosto Pio XII lo preconizo como primer Obispo Diocesano de Resistencia. Asumió el 19 de octubre de 1940
Desde el primer momento, consciente de tremenda responsabilidad que asumió, se preocupo por conocer a su grey, sin desmayo, ni lamentos vanos e infructuosos sobre la cruda realidad de las penurias que por doquier le acosaban, elaboro un plan de acción y emprendió con urgente ansiedad, incansable, las misiones de campaña para trasmitir a todos la buena nueva, a Cristo y su redención, escribe el Padre Doll Gamallo sobre él.
Fue evangelizador, sembrador de palabra, maestro y doctor de la verdad y de la fe. Al termino de su vida la nueva diócesis contaba con 121 iglesias y capillas, 24 parroquias, 39 casas religiosas, 68 sacerdotes seculares. Religiosos y regulares. Invitó y congrego a los laicos en asociaciones piadosas y la Acción Católica. Consiguió el monumental y magnifico seminario, meta, galardón y síntesis de sus esperanzas, símbolo de su pensamiento ”habremos asegurado la salvación del Chaco, cuando contemos con numerosos y santos sacerdotes chaqueños”
Consolidó la obra de la asistencia Social Católica, con su obra de los talleres barriales y Dispensarios médicos, los asilos y Oratorios Festivos, el centro recreativo Popular, los colegios y la sede de Obras Sociales. Nacieron las casas de Barrio, modestas, decentes y hogareñas. Se edificó la casa del Obrero con sala de cine y teatro, canchas de juego.
El 17 de diciembre de 1949, la Santa sede lo distinguió y valoró al condecorarlo con los honores y privilegios de los obispos Asistentes al Solio Pontificio, incluyéndolo en el número de los prelados domésticos, nombrándolo con el título de Conde Romano
Sus últimos días
Falleció en Buenos Aires el 19 de octubre de 1951, día que cumplía once años como Obispo de Resistencia y allí está sepultado en su Catedral.
Llevaba tiempo con la salud deteriorada, pero no prestaba atención a quienes le pedían que se tomara un descanso. Lo consumía el celo por su diócesis. Estando en la casa parroquial de la Catedral de Santa Fe, esperando la llegada del tren que traía una réplica de Nuestra Señora de los Milagros para Resistencia le dio un ataque de hipertensión de pronóstico reservado. Fue estabilizado y vuelto a Resistencia. Enterado el Presidente de la Nación Juan Domingo Perón con quien tenía una especial amistad; ordeno el traslado de los médicos en avión para que lo atendiera y de ser necesario fuera trasladado a Buenos Aires. El día 15 de octubre fue llevado a la capital e internado en el sanatorio Costa Buero.
Ese 19 de octubre a las 11,45 rodeado de sus colaboradores y familiares entregaba su alma al Señor a los setenta años de edad y cuarenta y seis de laborioso y fecundo sacerdocio.
Semblanza final
Y aquí otro sacerdote del que muchos y me incluyo sabemos poco. Otro padre sinodal, Obispo Auxiliar nuestro, primer Obispo de Resistencia: Hombre de Oración, mas de una vez lo hemos visto en el templo, inmolar el sacrosanto sacrificio de la misa, administrar los sacramentos, en su vejez, doblegado, abatido al pronunciar con voz gastada, a veces deforme por el cansancio de los miembros gravados por los años…siempre sacramental su persona, sacramental su palabra, sacramental su acción, que en todo momento insinuó, significo y operó la gracia, la santidad. Escribió el padre Doll Gamallo en su semblanza.