Otra declaración católica sobre el reiki. En este caso es del Comité Doctrinal de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos. Es muy clara y habla de las incompatibilidades de esta práctica con la fe cristiana. Pero también cuestiona a esta terapia en cuanto a los apoyos que pudiera recibir desde la ciencia (que no los tiene). Les copio un trozo (las negrillas son mías). El resto lo pueden leer desde zenit.
Algunas personas han intentado identificar el reiki con la curación divina conocida por los cristianos. Se equivocan. La diferencia radical puede apreciarse de inmediato en el hecho de que para el practicante de reiki el poder sanador está a disposición del hombre. Algunos maestros quieren eludir esta implicación y arguyen que no es el practicante de reiki quien realiza personalmente la curación, sino la energía reiki dirigida por la conciencia divina. No obstante, la realidad es que para los cristianos el acceso a la curación divina es mediante la oración a Cristo como Señor y Salvador, mientras que la esencia del reiki no es una oración sino una técnica que transmite el «Maestro reiki» al alumno, una técnica que una vez que se llega a dominar, producirá formalmente los resultados previstos. Algunos practicantes intentan cristianizar el reiki añadiendo una oración a Cristo, pero esto no afecta a la naturaleza esencial del reiki. Por estas razones, el reiki y otras técnicas terapéuticas similares no pueden identificarse con lo que los cristianos llamamos curación por la gracia divina.
La diferencia entre lo que los cristianos reconocemos como curación por la gracia divina y la terapia reiki también queda de manifiesto en los términos básicos que utilizan los partidarios del reiki para describir lo que sucede en la terapia reiki, particularmente en lo relativo a la «energía vital universal». Ni la Escritura ni la tradición cristiana en su conjunto consideran el mundo natural como algo basado en la «energía vital universal» que quede sujeto a la manipulación por parte del poder natural humano del pensamiento y de la voluntad. De hecho, esta cosmovisión tiene sus orígenes en las religiones orientales y tiene un cierto carácter monista y panteísta, en el que las distinciones entre uno mismo, el mundo y Dios tienden a diluirse. Como hemos visto, los practicantes de reiki son incapaces de diferenciar con claridad entre el poder de curación divino y el poder que está a disposición del hombre.
Una declaración que nos hace redescubrir, también, la originalidad del misterio cristiano.