En estos días apareció un artículo del diario La Nación sobre nuestra iglesia Catedral, y que entre otros temas hablaba del Cristo Redentor que se halla en el cruce hacia Chile y que lo relaciona con el nuestro.
Dos autores distintos
Queremos aclarar este tema y conocer la historia real de estas dos imágenes, cuyas fechas de inauguración fueron cercanas, pero sus autores fueron diferentes.
Según este articulo, el nuestro sería una réplica de aquel, cuyo autor fue el escultor argentino Mateo Alonso y que fue erigida en el paso de Uspallata, junto en la línea de la frontera argentino-chilena a 3854 msnm. Inaugurado el 13 de marzo de 1904, sirvió para conmemorar la superación pacífica de un conflicto por cuestiones de límites que había llevado a ambos países a estar al borde de la guerra.
El Cristo Redentor en los Andes
El Papa León XIII, al iniciarse el siglo XX, dirigió una serie de cartas encíclicas rogando por un mundo de paz y armonía y reclamando una mayor devoción por el Cristo Redentor.
Teniendo en cuenta esta petición y preocupado por la posibilidad de un conflicto armado entre Argentina y Chile debido al litigio fronterizo de larga data, el dominico y obispo de Cuyo, Monseñor Marcolino del Carmelo Benavente, prometió públicamente, en 1900, realizar una colecta para erigir una estatua al Cristo Redentor que recordara el mensaje de paz que Jesús había traído al mundo. La forma elegida para manifestar la fe y la gratitud fue erigir una estatua colosal en la cumbre de los Andes a Cristo Redentor.
Benavente consiguió el bronce de antiguos cañones y le encargó al escultor Mateo Alonso (nacido en 1878 en la Ciudad de Buenos Aires) que realizara la estatua. Y según información del autor, en 1902 siendo un joven artista ganó el concurso para realizar el Cristo Redentor de los Andes. En 1903, la escultura fue expuesta en el patio del colegio Lacordaire y fue visitada por todas las autoridades y los grandes artistas de la época.
La idea inicial del obispo era colocar la obra sobre el monte Panta, frente al Puente del Inca, en Mendoza, Argentina.
El Cristo Redentor de Paraná
Que mejor entonces que conocer de primera mano esta historia a través de la crónica guardada en el Boletín Eclesiástico recientemente creado.
Previo a esto, el nuevo Obispo Mons. de La Lastra y Gordillo, con fecha 14 de diciembre de 1900 funda la Cofradía del Santísimo Sacramento en la iglesia Catedral y fija el día 31 para la instalación. Y el 17 de diciembre de ese año llegaban a Buenos Aires las cajas conteniendo el Cristo Redentor, según carta obrante en el archivo de Catedral.
“En medio de la indiferencia con que muchos habrán presenciado el ocaso de la ultima centuria y el principio de la nueva, el elemento católico de nuestra ciudad parece haber despertado ante la voz elocuente del romano pontífice y del prelado que lo representa al convidar a los cristianos a honrar en esa ocasión al soberano señor de los pueblos y de las almas.”
Los festejos del cambio de siglo
Dice esta nota que la organización de los actos que debían tributarse a Cristo Redentor estuvieron confiadas al Comité de Homenajes representado por el Vicario General Canónigo Echegaray.
Varios días llevaron estos festejos por el cambio de siglo, el día 29 de diciembre de 1900, comenzó la serie de conferencias del padre Aguilar, que debían tener lugar todas las noches hasta el día 1ro.
El 30, a la hora 21hs. la Velada Literaria Musical que tuvo lugar en el espacioso local del circulo de Obreros previamente adornado con flores, banderas y luces, destacándose en el fondo la artística imagen de Cristo Redentor. Llegado el Obispo la orquesta abrió el acto con la ouverture de G. Maric “La Tourangelle”. También conto con la presencia del Profesor José Bavio, y terminando la velada a las 11 y ½, dice el texto, con los acordes de la grandiosa marcha del Profeta se retiraban los concurrentes y terminaba el acto que dejara sin duda en el ánimo de los que lo presenciaron los más gratos recuerdos.
La instalación de la Cofradía del Smo. Sacramento, fue el día 31. Pocas veces nuestro templo podrá ofrecer el grandiosos espectáculo del 31 por la noche. Un poderoso foco de arco voltaico colocado en el centro de la cúpula llenaba de luz el interior de la iglesia comunicándole un imponente y agradable aspecto.
A las 8 p. m. comenzaron los cultos de costumbre, después tuvo lugar la solemne instalación de la cofradía del Sacramento. A las 11, ½ el Obispo acompañado de numerosos clero y los alumnos del seminario, entraba en la Catedral bendiciendo al pueblo devoto, eran cerca de 4.000 almas.
Pronto sonó la hora que anuncio su desaparición y cuando en la vecina plaza alegres dianas y ruidosas descargas saludaban la venturosa presencia del nuevo siglo, el Obispo se dirigía al altar para consagrar a Dios con la renovación del sublime sacrificio el Calvario los primeros momentos de la nueva centuria.
Grata sorpresa causo la Misa de S. Cecilia a 4 voces del M. Gounod, hábilmente interpretada por una nutrida orquesta y numeroso coro. A las dos de la madrugada terminaron los solemnes oficios y se retiro la concurrencia, aunque un buen número de personas se quedaron a adorar al Stmo. Sacramento expuesto a la pública veneración.
Año nuevo... siglo nuevo
El día 1 de enero del nuevo siglo, a la hora 11 se dio el Te Deum. Aclara que a pesar de las inclemencias del tiempo, hubo numerosa concurrencia y por la noche tuvo lugar la última conferencia del Padre Aguilar.
Después de la bendición con el Santísimo el Obispo dio por terminado estos cultos con un himno a Cristo Redentor. Hubo que suprimirse necesariamente del programa de fiestas la bendición y descubriendo de la magnífica estatua de Cristo Redentor, conseguida por el Comité Diocesano, para ser colocada en el frontispicio de la Catedral pero que no ha llegado a tiempo. La ceremonia se hará otro día y revestirá gran solemnidad.
Llega el Cristo Redentor de Paraná
Sabemos por la crónica de cómo se han dado los hechos de estos festejos. Del mismo boletín, N° 1 de la Diócesis de Paraná, del mes de marzo encontramos otra Crónica religiosa donde dice:
las estatuas del Cristo Redentor. Acaban de llegar las hermosas estatuas del Cristo Redentor. Miden tres y medio, metros y uno y ochenta respectivamente de alto, incluyendo el pedestal; son de hierro fundido y dorado y pesan tres toneladas cada una. Son verdaderas obras de arte, en las que va unida la perfección de la línea a la expresión del sentimiento, especialmente en el rostro del Redentor.
Serán colocadas en los frontispicios de la Catedral de Paraná y de la Iglesia Matriz de Corrientes y serán solemnemente inauguradas el sábado santo por la tarde.
Sabemos que esta fue una obra de Domingo Di Carli, autor de la estatua de San Miguel Arcángel, donada al templo de su nombre, en Paraná, por Mazzini, y que fue emplazada en mayo de 1891. También autor del San Pedro, donación de León Sola, hijo del que fuera gobernador a la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, Catedral, y que fue bendecido el 21 de noviembre de 1897. Y por ultimo tenemos ahora esta imponente imagen en lo alto de esta misma iglesia.
La fiesta de la inauguración
Y llegamos al día de su inauguración, el sábado 6 de marzo de 1901. Reunidos los católicos a los pies del Salvador una vez más, han hecho la profesión pública de su Credo y han reconocido la soberanía social de ese Cristo, cuya imagen está en actitud de bendecirlos.
A la hora indicada 5 p.m. todas las asociaciones piadosas y centros católicos de la ciudad se reunieron en el atrio del templo y las aceras de la plaza. Fueron padrinos de la ceremonia el Gobernado Leónidas Echague, el Ministro Esteban Comaleras, el Presidente de la Cámara de Senadores Carlos Zavalla y el Intendente Misael Hernández. Y las madrinas Martina de Zavalla, Micaela P. De Comaleras, Micaela I. de Déniz y Luisa O. de Hernández.
Comenzó el acto con las palabras del Canónigo Echegaray, del Padre Jacinto Viñas, el Senador S. Macía, la actuación del coro, desde los balcones del Palacio Episcopal y cerró este acto el Obispo Rosendo de la Lastra y Gordillo.
En el discurso del Padre Echegaray que se trascribe en este artículo consta: El Comité de Homenaje a Jesucristo Redentor consagra a la ciudad de Paraná esta estatua de Jesucristo como recuerdo del Siglo XIX, que tanto lodo lanzó sobre el pedestal de su divinidad.
Una de las características del Siglo XIX ha sido la incredulidad…..el siglo XX debe reemplazar esta civilización materialista del pasado siglo, por la civilización del espíritu, que es la de Cristo…
Y así conocemos la verdad sobre estas imágenes, las que llegaron a Buenos Aires el 17 de diciembre de 1900 con destino a las iglesias Matrices de Paraná y Corrientes y la estatua gigantesca de los Andes.
Muy interesante. Me llena el corazón de alegría y respeto x la importancia q en ese entonces otorgaban a nuestro señor. Muchas gracias y adelante!!