La Noche Buena y la madrugada de Navidad son momentos caracterizados por el encuentro con familias y amigos. La comida rica, el brindis y los reencuentros alegran la noche. Sin embargo, no todos tienen la misma oportunidad de festejar el nacimiento de Jesús.
Diversos trabajadores deben cumplir horarios nocturnos, perdiéndose la oportunidad de cenar con sus seres queridos, varios padres y madres no pueden estar presentes en el momento que sus hijos abren los regalos, muchas personas en situación de calle están solas en las veredas sin tener a alguien con quien compartir la Navidad.
Pero los jóvenes de la arquidiócesis de La Plata, Buenos Aires, deciden cambiar Navidad solitaria en una Navidad Solidaria cada año.
La movida nocturna de los 100
Es un apostolado del movimiento Schoenstatt que reúne cada año a casi 100 jóvenes de todas las comunidades, sin hacer distinción de religión ni ideología, con el fin de visitar en la madrugada del 25 a cada persona que esté sin festejar.
Congregados en el Santuario de Schoenstatt, luego del Envío Misionero se dividen en grupos de ocho personas y salen caminando o en auto a diversas direcciones específicas de la ciudad: hospitales, comisarías, guardias de seguridades y monitoreo, kioscos, farmacias, veterinarias, estaciones de servicio y de bomberos, a la vez que se acercan a las personas en situación de calle que estén despiertas.
“Queremos dedicar nuestra Navidad a hacer algo por el otro. Ese otro que está trabajando y se pone contento con una conversación o un regalito navideño. Somos jóvenes que tratamos de llevar lo que nos enseño Cristo en su día.” Señala Tomás Gómez, quien participa del apostolado. “Estoy muy agradecido de que exista este espacio ya que es algo distinto, uno como joven podría estar de fiesta pero en acciones como ésta es donde realmente sale a la luz el verdadero mensaje navideño.”
“Como cristiano, nunca le encontré mucho sentido al hecho de salir a bailar en el cumpleaños de Jesús. Yo siempre lo viví como un cumpleaños ésta fecha y me pregunto ¿Cuál sería el mejor regalo para Jesús? Amar al prójimo, sin duda alguna.” Cuenta el youtuber Seba iaKo, quien además de difundir esta actividad en su canal de YouTube, también conforma el equipo de coordinadores de Navidad Solidaria.
“Mi experiencia en Navidad Solidaria fue hermosa, con mi grupo fuimos a la Clínica del Niño, a la Jefatura de Policía de calle 61, a una farmacia en calle 12 y al Sanatorio Argentino. Nos cruzamos con gente muy amigable con la que pudimos pasar un buen tiempo hablando, se notaba que algunos necesitaban de esa compañía al estar solos en Navidad por su trabajo.” Testimoniaba Maximiliano Giannota de su recorrido nocturno. “La verdad es que llena el alma ver que con un simple gesto le podés alegrar la noche a alguien que no puede pasar navidad con su familia. Navidad Solidaria es una experiencia que tendrían que probar todos para disfrutar de una noche distinta.”
Motivados por el SI de María
Con motivo a los 20 años de Navidad Solidaria, el coordinador Cumén Putigna dio una charla motivacional a los jóvenes diciendo: “¿Qué motivación les puedo dar si ustedes ya poseen esa motivación? O sea ustedes ya decidieron venir acá, y no estar en otro lado; ustedes ya son luz. Ya están haciendo algo especial estando acá…” Porque dar un Sí a Dios a la misión, abre puertas, caminos, desafíos y frutos, tal como sucedió con el Sí de María.
“Luego de recorrer la ciudad y ver todas las realidades que Jesús quiso poner en mi encuentro, hoy me siento feliz y dichoso de ver en el otro, en el hermano, en el solitario y en el desamparado a una clara necesidad de amor. La cual, creo, que es únicamente saciada con Jesús.” Afirmó Gerónimo Donati.
No es compartir cosas… sino el oído
“También nos encontrarnos con personas en situación de calle que no tenían algo para comer en una fiesta como la que fue anoche; sin embargo, con nuestro grupo no nos quedamos al margen, sino que fuimos a lo directo: ayudar en darle un pan dulce, garrapiñadas y algunos budines para que tengan algo y tengan esperanzas que en algún momento de la vida va a cambiar o a mejorar.” Agregaba Martín Cheves, después de haber visitado además a varios trabajadores. “Especialmente escuchamos al otro, acompañamos a la gente en los buenos y malos tiempos.”
En cada encuentro, obsequian bolsas cargadas de diversas golosinas navideñas que fueron recibiendo como donaciones. Además, regalaron 10 mates pintados por Maluhia Arts en donde está presente el Santuario de Schoenstatt con el mensaje “¡Reavivá la Esperanza!”
“Navidad Solidaria no es un delivery de golosinas navideñas, ni un saludo espontáneo, pasajero como cualquier otro. Es un encuentro genuino, sincero, en donde la sorpresa de los receptores se transforma en alegría… Como los niños abriendo regalos quizás.” Relataba Seba iaKo desde el Instagram de Navidad Solidaria “Y quizás haya corazones endurecidos que no se abren al encuentro con nosotros, pero el gesto, el regalo y el saludo podrían dejar resonando varias cosas en cualquier corazón.”
Y la experiencia se extiende en tiempo y lugar
Luego de haber vivido 15 años de Navidad Solidaria, como joven y como seminarista, el Padre Juan José Olivetto decidió trasladar el mismo apostolado en su parroquia Santos Pedro y Pablo, especialmente para aquellos chicos que les queda lejos el Santuario de Schoenstatt. De ésta manera, la Navidad Solidaria se expandió tanto en Berisso y Ensenada, las cuales están dentro de la arquidiócesis pero alejadas del santuario.
“Te queda esa certeza de saber con qué poco podemos hacer tanto. Porque a veces es medio minuto y el otro se sintió amado, se sintió escuchado. Y eso es un montón.” Aseguró el sacerdote “Lo que más me impactó en Navidad Solidaria fue ingresar al hospital el año pasado durante la pandemia. Me impactó por la soledad que los enfermos de Covid tenían y por el miedo que yo tenía. Me súper cuidaron en el hospital con todos los recaudos, pero para mí fue ofrecer el sacerdocio… y eso lo guardo como algo que me marcó en la noche de Navidad.”
La crisis genera solidaridad
Navidad Solidaria nació en la Crisis Económica y Social del 2001, caracterizada por una sensación de enojo, tristeza y desesperanza. La incertidumbre invadía a los argentinos y el Adviento se volvía amargo. Así, unos chicos de la Juventud Masculina de Schoenstatt decidieron que la luz navideña no debía ser opacada por tanta oscuridad. De éste modo, a pesar de los tiempos difíciles, salieron al encuentro de todos. El desconcierto y, a su vez, la alegría de los choferes de taxis y autobuses, de los trabajadores y de la gente que estaba abandonada en la calle fue impactante, recordaba el Padre José María Iturrería. Él había sido uno de aquellos jóvenes de la JM co-fundadores de la Navidad Solidaria, y hoy en día vive éste apostolado como sacerdote.
“Fue un shock porque visitábamos de sorpresa a la gente deseándoles una Feliz Navidad con golosinas y estampitas, y se quedaban descolocados porque ¿A quién se le ocurría meterse en hospitales, por ejemplo, y hacer eso en un momento tan dramático como la crisis del 2001?” Relataba el sacerdote, maravillado por el espíritu misionero que los envió por primera vez.
Experiencia que alimenta la felicidad
“La experiencia de la Navidad Solidaria fue magnifica, encontrarse con personas que no conoces y formar un equipo con un fin tan valioso como ayudar a los que mas necesitan o así también acompañar a quienes trabajan no tiene precio. Es una experiencia gratificante que te alimenta de felicidad tanto el alma como el corazón. Ver la felicidad de las demás personas a partir de la entrega de viandas que con mucho esfuerzo juntamos es hermoso, todos buscamos pasar una noche de felicidad compartiendo y ayudando.” Daba testimonio Tomás Troncaro, quien no sólo vivió su primera Navidad Solidaria sino que ayudó en la organización de la misma. “Muchas gracias al equipo y a todos los que ayudaron a que sea una Navidad más alegre y con un objetivo claro: ayudar a los demás. Muy a gusto con todo y recomiendo tener la experiencia a quien no a podido todavía. Simplemente gracias.”
La Navidad debería ser un tiempo de paz y esperanza, pero a veces cada uno vive su propia Pascua arrastrando como puede su Cruz; por esa razón, ésta iniciativa trata de fortalecer la esperanza, de sembrar paz y contagiar la alegría.
¿Es muy poco?
El coordinador de Navidad Solidaria, Esteban, quien además participó de la primera Navidad Solidaria, afirma: “Schoenstatt quiere representar un pedacito de Cielo en la tierra. Entonces podríamos decir que Navidad Solidaria es como la parábola del granito de mostaza: es un pequeño pedacito de Cielo que se entierra en el corazón de cada uno y le va a quedar toda la vida.”