Elecciones especiales
Estamos ya próximos a dos de las fiestas más conocidas de nuestra Arquidiócesis, el día de nuestro patrono en la provincia de Entre Ríos, San Miguel Arcángel y de la Virgen del Rosario, Patrona de la ciudad.
Tan cercanas en sus fechas como en el cariño de la gente. Y siempre que llega esta fecha recordamos entre otros momentos, la famosa elección hecha en el aljibe de la plaza.
Y fue un sacerdote franciscano quien tuvo la idea y la llevo a cabo, el Padre Francisco Dionisio Álvarez. Nacido en Buenos Aires en 1786, había pertenecido a la orden franciscana e hizo sus estudios en Teología y Cánones en la Universidad de Buenos Aires.
Y en 1820, como otros regulares que en esta época recorrían nuestra patria llevando la fe a tantos, obtuvo la licencia pontificia para secularizarse y se aparto del claustro para ser teniente cura y así es destinado el 21 de diciembre de1822 a Paraná como Excusador del Cura Antolín Gil Obligado.
Múltiples fueron las tareas a las que se vio avocado para mantener alto el prestigio de la Iglesia en Entre Ríos y buscar soluciones rápidas a los graves problemas que sobre ella se cernían.
Hay que destacar su preocupación por la instalación de estudios eclesiásticos, para resolver el problema de la escasez de clero y sus proyectos de multiplicar las parroquias para la atención del pueblo.
Conocida es su obra en nuestra parroquia Nuestra Señora del Rosario, pero el tema que hoy nos convoca es este comicio electoral donde los candidatos son nada más ni nada menos que la Virgen y los Santos.
¿Quién ejerce el patronazgo?
Ni bien llega a su nueva parroquia se da cuenta que siendo la Virgen del Rosario la titular en la Iglesia Local, en las prácticas del culto se la había sustituido por San Miguel y Santa Rosa de Lima. Esta usurpación se atribuía a la influencia de los padres dominicos que visitan esta zona o como dice el escritor Segura, estas eran las tierras de la Estancia jesuítica de San Miguel.
Frente a esto el Dr. Álvarez gestiono en los Poderes Públicos su intervención para solucionar este litigio llamando a una consulta directa al pueblo. Dirigió entonces un oficio al gobernador:
Señor Gobernador de la Provincia Don León Sola.
Villa Capital del Paraná, 18 de Noviembre de 1824.
Deseando que esta Villa Capital reconozca un Patrono bajo cuyos auspicios se ponga y a quien dirija sus votos en el conflicto de sus necesidades y quitar las ansiedades en que hasta el presente ha estado el pueblo, resistiendo unos y accediendo otros a la observancia del Patrón de la Diócesis suplente en estas casas, y con escándalo por misma divergencia de opiniones he creído la necesidad la elección de dicho Patrono, la que para según derecho debe hacerse en reunión del pueblo y por voto secreto, escritos en cedulillas echadas en un arca cerrada y otros requisitos de que la dicha reunión será instruida; espero de V.S. se sirva prestar su superior permiso al efecto indicado. Dios guíe a V.S. muchos años.
Dr. Francisco Dionisio Álvarez”.
El Gobernador León Sola contestó ese mismo día:
“Paraná, 18 de Noviembre/1824.
El gobierno, contestando la nota de hoy del Sr. Cura y Vicario, no puede menos que acordar desde luego su permiso para que se lleve a ejecución la diligencia de nombrar un patrono para esta villa Capital que le ha sugerido el indicado cura y vicario en celo religioso; no debe omitir el manifestante la satisfacción que le inspira el anhelo laudable con que siempre se ha distinguido en las funciones anexas a su respetable ministerio. León Sola.”
Y ultimado los detalles pertinentes se convocó al pueblo a sufragar por el patrono, debiéndose practicar la elección, a la vez que en la villa, en Alcaraz y la Matanza, donde funcionaban capillas con tenientes curas. Y pidió la ayuda necesaria para esta tarea a los comandante militares. En respuesta el Comandante Pedro Barrenechea le escribe:
“El comandante general ha sido instruido por la nota del Sr. Cura y vicario de fecha 18 del corriente de la necesidad de nombrar un patrono para cuya elección si es necesaria la colaboración de los Comandantes subalternos de la jurisdicción de este curato, a cuyo efecto impartiré las ordenes necesarias a este respecto. El Comandante General ofrece al Sr. Cura su más distinguida consideración. Pedro Barrenechea.”
El Alcalde Mayor Camilo Idoate le informa al cura Álvarez por carta del 24 de diciembre de 1824:
“He ordenado al Escribano Público asista ese día a la hora designada a autorizar aquel acto público”.
La elección y su resultado
Se realizo entonces la convocatoria en los lugares indicados. Primero en La Matanza, a cargo del teniente cura Vicente Santa Cruz, el día 12 de diciembre, donde Nuestra Señora del Rosario fue electa por mayoría, como consta en el acta:
“En el pueblo de La Matanza a doce de diciembre de mil ochocientos veintiquatro, reunidos el besindario de su comprehensión y habiendo antes echoles saber leyendo el oficio del Sr. Vicario de la Villa Capital del Paraná y cabeza de esta tenencia, sobre las elecciones de patrona para esta villa, y habiéndose procedido a la votación, según lo que en otro oficio se previene, fue electa con mayoría de votos Ntra. Señora del Rosario, siendo el número de los votantes secenta y como resultó en favor de la electa, sinquenta y dos votos lo que firmamos yo el Tte. Cura, el Sr. Comandante, Sr. Alcalde y demás electores en el mismo día, mes y año. Fdo. José Vicente Santa Cruz”.
Una semana después, le toco el turno a la vice parroquia de Alcaráz:
“Habiendo sido congregados los parroquianos en esta Iglesia, vice parroquia de Alcaráz el día diez y nueve de Diciembre de 1824, y arreglados al contenido de la circular votaron libre y secretamente, y eligieron treinta y dos individuos para patrona de la Villa Capital del Paraná y su distrito a la virgen del Rosario, uno a la Virgen de los Dolores y otro a San José, y por todos fueron treinta y quatro individuos, como tal consta en sus respectivas firmas puestas en las cédulas, y en este auto, y como la mayor parte de dichos individuos no sabe firmar, a cuyo ruego he firmado yo así en las cédulas como en este, juntamente con el Sr. Alcalde de la Santa Hermandad Don José Colobran”.
No ha quedado registro del Acta de la elección, en Paraná, pero por otros documentos sabemos que fue realizada el 1 de enero de 1825 y resultó elegida la Virgen del Rosario y Patrón San Miguel.
Según el escritor Tejeiro Martínez la elección se realizó en el centro de la Plaza Principal, depositándose los votos en una urna cerrada que se había posado sobre el brocal del aljibe que aún se conserva.
Se convoco a los vecinos y un cuerpo de cornetas tocaba ritmo de llamada en los vértices de la Plaza, y los pregoneros instruían a los vecinos de la importancia, modalidad y trascendencia del acto que se desarrollaba.
El resultado fue anunciado con repiques de campana y dianas ejecutadas por la banda militar.
El 23 de febrero de ese año el Padre Francisco le escribía al Gobernador Sola que:
“Habiendo esta Villa capital elegido Patrona a la Sma. Virgen del Rosario, es un deber costear esta fiesta, como lo hacen todos los pueblos…”
por lo que a tal fin solicitaba una subvención anual de unos 50 pesos los que esperaba que perpetuamente se libraran al tiempo de la fiesta.
Y de conformidad a la cantidad de adherentes, votos emitidos y cómputo general, se proclamó a San Miguel como el Patrono de la Provincia.
El patronazgo provincial de San Miguel
En 1852 el general Urquiza se dirigió al papa Pío IX, indicando
“que el glorioso Arcángel San Miguel, años antes, había sido nombrado Patrón principal de toda esta Provincia de Entre Ríos por su Honorable Representación”
por lo que rogaba a Su Santidad aprobara y confirmara este patronazgo.
En respuesta a esto, el Papa emitió una Bula el día 5 de Diciembre de 1851 confirmando para la Provincia de Entre Ríos el Patronazgo de San Miguel, el día de su celebración el conocido 29 de setiembre. Y así quedaron instituidas estas fiestas que estamos ahora celebrando en nuestra iglesia particular.