La Iglesia acató fielmente lo dispuesto por las autoridades en lo concerniente a los controles para evitar que la pandemia del Coronavirus se propague. No sólo ha puesto en práctica los protocolos generados por los gobiernos nacional, provincial y municipal. También fue adecuando esas medidas a la situación religiosa particular, a través de sus propios protocolos.
Con la progresiva superación de las distintas fases de la cuarentena, se han liberado distintas actividades en la sociedad civil. Los obispos de Entre Ríos, como informara oportunamente nuestro portal, pidieron la semana pasada al gobernador Bordet que permitiera la celebración de Misas con participación de fieles. A la espera de una respuesta está toda la feligresía católica.
En algunos de sus muchos decretos, el Presidente Fernández autorizaba a los intendentes que se dispusieran la apertura de distintas actividades en sus municipios. Así como ocurrió con otros jefes comunales en otros ámbitos, el Intendente de Viale permitió la celebración de cultos el pasado fin de semana.
El protocolo de flexibización de la municipalidad de Viale
El Intendente Municipal, Doctor Carlos Weiss, junto a 6 pastores evangélicos y el cura párroco de la localidad, el padre Walter Fattor, se fundamentaron para este tema en lo dispuesto por el Poder Ejecutivo Nacional mediante el Decreto Nacional Nro. 459/20.
Con la venia otorgada por esta normativa, instrumentaron un protocolo para regular la actividad de las iglesias y templos de culto en dicha ciudad. En dicho texto se permite la apertura de Templos para distintas actividades religiosas con participación de fieles y de dictaminan las normas de bioseguridad que se tendrán en cuenta.
Como anexo al mismo, regularon lo referente a la celebración de las Misas por parte de la feligresía católica. Figura como anexo ya que es algo totalmente diverso a lo que realizan las demás denominaciones cristianas en orden al culto divino.
Pentecostés con pueblo reunido
Concedida esta flexibilización el Padre Walter Fattor y su comunidad se pusieron en marcha para organizar las celebraciones eucarísticas. Esto demandó una preparación. Por las medidas de bioseguridad debieron ser varias Misas el fin de semana. Esto lo podemos ver en el afiche que difundieron por sus redes sociales.
Pentecostés fue un viento del Espíritu que animó a esta parroquia para volver a reunirse como comunidad orante en el ansiado encuentro cara a cara. Como en ese primer Pentecostés, los que estaban aislados por el miedo al contagio fueron congregados y llenados de la Vida que fortifica y los configura como pueblo: la Misa.
La distancia social, sin cancioneros, sin saludos de la paz, la comunión en la mano… todo de acuerdo a lo previsto. Hasta el párroco se sumó al uso del barbijo (aunque no estaba obligado) como vemos en esta selfi que se sacó antes de comenzar la celebración de la Misa,
Testimonios de un regreso comunitario
Nos compartieron varios testimonios de lo que significó el volver a celebrar la Misa comunitariamente. Todos con el tono del agradecimiento a Dios por el recomenzar las celebraciones.
Fabiana Demartin expresó que fue “una gran bendición de Dios, un regalo, poder volver a tener las Misas. Y más en este domingo de Pentecostés fue muy significativo en lo personal, y Dios habla mucho a través de esto. Esta sed de Misa era muy grande y poder volver a tenerla no da más en el alma que agradecer a Dios lo que está obrando y lo que está haciendo en nuestro pueblo. Que podamos ver lo que Dios nos está diciendo en este tiempo a cada uno de nosotros. Doy gracias a Dios por este regalo que le está haciendo a nuestra comunidad de Viale.”
Andrea Lezh, por su parte nos compartió que “la providencia misericordiosa del Padre nos dio la gracia, luego de una larga cuarentena, poder celebrar la Eucaristía en Pentecostés. En particular sentí que las lágrimas derramadas a la puerta de la parroquia cuando estaba cerrada, estaban siendo enjugadas con una mano suave y paterna. Realmente el Espíritu Santo se lució con la sanación del alma que dejo en mi corazón.”
También contó que, cuando “nuestro párroco, el Padre Walter, en la última Misa antes de cerrar la parroquia nos refirió a reflexionar en los primeros ermitaños del desierto que tenían esta profunda unión con Dios sin tener la Eucaristía sacramental. Esas palabras eran las que me acompañaron en este tiempo de la intimidad de mi casa, iglesia doméstica, dónde armamos nuestro altar junto a mis nietos. Rezando l rosario y compartiendo las celebraciones por los medios digitales.”
Termina diciendo que “quiero darle gracias a Papá Dios por la bendición que tenemos en mi parroquia Santa Ana. Cuando, estando en Misa, veo la imagen de nuestra patrona. Venía a mi corazón que 'no podía hacerse esperar la respuesta de petición de intercesión de su abuela (de Jesús) en favor de su Iglesia de Viale'. Gracias, gracias, gracias.”
Las normas de bioseguridad cumplidas
Fabiana Demartín nos decía que estamos “siempre nosotros, como cristianos, poniendo el compromiso y la responsabilidad de cuidarnos unos a otros, cumplir con todas las normas que se nos pide (con todo el protocolo) para poder seguir llevando adelante estas Misas.”
Es que los católicos se tomaron en serio la prevención del contagio del Covid19. Y las fotos que nos compartieron desde Viale reflejan esta preocupación.
La Paz en el mismo camino
Hoy el Párroco de Nuestra Señora de La Paz, de la ciudad homónima del norte entrerriano, ha entregado el pedido al intendente para que se habiliten las Misas con participación de fieles. Como corresponde, ha sido acompañado del correspondiente protocolo con normas de bioseguridad.
Lo han informado a su comunidad a través de este video:
Esperemos que esta ciudad sea la segunda en permitir a los fieles alabar al Dios vivo congregados como pueblo reunido para la celebración de las Misas. Y de allí en más... las celebraciones con participación de fieles puedan regresar a todas las parroquias de la provincia.