En este nuevo encuentro conocemos la historia de la quinta del Seminario más conocido como Centro Mariápolis en la zona del Brete, lugar de recreo de los seminaristas en vacaciones en los primeros tiempos.
Su primitivo origen de campo de recreo
El 18 de octubre de 1884 el Sr. Bartolomé Sosa vende al Dr. Misael Hernández una suerte de chacra designada con el Nro. 175 del plano oficial del municipio y esto es lo que sabemos de esos primeros años.
Y 16 años después, el 18 de diciembre de 1900 el Obispo Mons. Rosendo de La Lastra la adquiere para que sirva de campo y recreo a los seminaristas, consta en la escritura.
Cuenta la historia que fue construida por el Sr. Papi y ayudado por Pedro Valentín Londero. Traían la arena de la costa para la construcción. En 1905 cuando se bendice la capilla, el Sr. Pedro Londero dona la campana consagrada al Salvador.
Los veranos de los seminaristas
En esa Capilla se celebraba la misa de los domingos para la colonia. La quinta era para todos un lugar de recreación, era el día de la salida, ya que el Seminario quedaba en el centro y se iban caminando, recorrían el monte, iban de pesca, nadaban, cocinaban ahí en la costa.
Durante los meses de verano iban los seminaristas a vivir en la quinta y entre otras cosas daban la catequesis a los niños del lugar. Cuando terminaban la catequesis, se hacían las primeras comuniones en medio de una gran fiesta. Cuentan los chicos que al volver a clase después de estos veranos le contestaban a la maestra si Padre.
Las normas de convivencia de los seminaristas
De 1921 encontramos unos apuntes del Padre Andrés Tibiletti sobre las vacaciones de enero y febrero, donde dice que llegan el día 3 de enero, que unos días antes se ha limpiado la quinta y que a las 8,30 salen en coches los de Paraná y van a la quinta. Ellos colocan los catres y camas, son 45 los alumnos. La cena es abundante, buen matambre, guiso, sopa, dulce de membrillo, vino, el motor no andaba bien, por eso se usó luz de vela o farol.
“Enero 4, levantarse a las 6,30. En el desayuno se reparten las tareas de los patios y se organiza el día.”
Este cronograma esta día por día y encontramos que el 6 de enero, día de reyes, a los más chicos le han puesto caramelos en los botines la noche anterior y ese día hay Pan dulce regalo del panadero. Y a la tarde masas…
Encontramos también las normas de convivencia: no sacar las sillas del salón; cuando tengan alguna honda, avisen (para el próximo año recordar que no traigan hondas); no se hable con extraños si no por urbanidad (el lechero también y familia). No hablar en alemán; no poner sobrenombres. Nadie puede formar grupos para ir a cazar. Prohibido fumar en el tren o en otro seminario...
La gruta de la Virgen y las Misas
Entre 1942 y 43 se hizo la gruta de la virgen. En 1949 durante los meses de verano los seminaristas se trasladaban allí, incluso el cocinero. Los primeros días recorrían en carro toda la zona invitando y anotando niños para la doctrina y así prepararse para la comunión y confirmación. Al finalizar esta preparación se ponían en fila y les entregaban regalitos, uno de los chico de entonces y que todavía lo recuerda, cuenta que le toco una Virgencita de Lujan con un vasito para poner agua bendita.
En 1960, recuerda la Sra. Rosa Armándola que vestían y adornaban la gruta de la Virgen y se la trasladaba de casa en casa hasta el 8 de diciembre. La virgen se quedaba una semana en cada casa, los vecinos se juntaban todos ahí a rezar y después pasaba a otra casa, la llevaban cantando y rezando en procesión.
Había cerca de la capilla un molino y la gente venía a Misa cruzando campo, entonces el Sacerdote abría el Molino si había misa, así los vecinos miraban como estaba el molino y sabían qué hacer.
Hasta 1964 el altar de madera estaba contra la pared, después del Concilio le pidieron al Sr. Emilio Strack, marido de Rosa que lo reforme.
Las actividades del Pre-Seminario
Entre 1964 y 65 se realizaron reformas edilicias para poner en marcha el Pre-seminario.
Se construyó una gran habitación para que duerman los chicos de 6to y 7mo que en 1966 se trasladaban a vivir ahí para estudiar, brindándoles un ambiente familiar. El Pre-seminario y la Capilla fueron consagrados a Nuestra Señora de la Esperanza.
La enseñanza y atención de cerca de 60 chicos fue confiada al Padre Bornik, al Padre Juan Jacob, a Gilberto Suárez y varios docentes como el caso de Mary Mayer que después se casa con un señor que trabajaba en el seminario. Lo vamos a encontrar también al Sr. Amelio Kuhn que llegó como casero y trabajaba cuidando los frutales, la viña, las verduras, los pollos. Recorriendo los caminos en moto conoció a la su señora Nelli Londero,. Después vino su hermano que también conoció ahí a su señora.
Ellos cuentan que los que vivían en el Pre-seminario tenían una relación estrecha y familiar, festejaban los cumpleaños, organizaban domas para la escuela y fiestas para la capilla.
El Pre-seminario funcionó hasta inicios de 1974, luego se cerró. Anteriormente como la capilla se llovía, fue trasladada por un tiempo a las habitaciones que estaban alrededor del salón.
La casa de retiros espirituales
La familia Khun estuvo un año más como caseros, luego de eso la casa permaneció abandonada, hasta que en el año 1984 el Padre Alfonso Frank con un grupo de matrimonios dedicaron su tiempo y dinero para que fuera casa de retiros.
Se realizaron mejoras en las habitaciones con baños para cada habitación.
Centro Mariápolis El Salvador
Mons. Karlic la ofrece después en comodato al movimiento de Focolares. Este arreglo se firma en marzo de 1988. Se van a instalar en la casa las tres primeras focolarinas Sarucha Urioste, Bibiana Fabre y Alicia Maerker. Allí vivía el Padre Boxler que empezó a compartir su estilo de vida.
No faltaba la imaginación: como no tenían cubrecamas, pintaban las camas del color de las frazadas… recogían hierros perdidos y los pintaban de negro para adornar las paredes y muchas tacuaras y la ayuda siempre de los vecinos de la zona.
De esas épocas tienen innumerables recuerdos: la lucha por el barro, las celebraciones de Semana Santa, cuando llovía, se cortaba la luz y no podía llegar ni el sacerdote.
Actualmente el Centro Mariápolis realizaba sus congresos de Focolares allí. Así como también otros grupos de la iglesia, ONG, o empresarios, gente sin fe religiosa. Mariápolis, significa ciudad de María, por eso trata de ser una expresión suya en todos los aspectos, la armonía, la acogida, el servicio, la comida, el orden, la organización.
También nació un pequeño centro social que se llama Casita Estrella en la casa que era de los caseros y allí se brinda apoyo escolar, alfabetización, catequesis, taller de costura, peluquería, atención primaria de la salud, odontología, a vecinos y niños del lugar.
En el año 2013 festejaron los 25 años de este Centro Mariápolis del Salvador. Y por eso escribieron esta historia y juntaron muchos documentos y fotos de los vecinos que ayudaron a escribir no solo la historia del movimiento en Paraná sino de esta antigua casa con mucha historia.
El Hogar Sacerdotal Buen Pastor
Hoy vuelve a ser parte del Arzobispado de Paraná. La necesidad, por parte de la arquidiócesis de Paraná, de reubicar la sede del hogar sacerdotal “Buen Pastor” fue vivida desde el Movimiento como una experiencia sinodal de discernimiento comunitario muy importante.
Luego de dos o tres meses de oración y deliberaciones, sus miembros llegaron a una decisión: experimentaban la convicción de que debían realizar un acto de amor concreto, entregando de vuelta la casa al Arzobispado.