A quienes nos gusta la historia, disfrutamos de volver a recorrer el camino por el que llegamos hasta aquí. No voy a hablar de Garay porque ya muchas veces contamos la historia y me parece mejor en esta oportunidad recordar paso a paso el inicio del poblamiento de la otra banda.

El recorrido de Hernandarias

Muerto Garay, va a ser Hernando Arias de Saavedra, más conocido como Hernandarias, el primero en hacer una campaña organizada para explorar y conocer el territorio de Entre Ríos.

Parte de Santa Fe en 1607 y entrando por Cabayú Cuatiá va recorrer los campos próximos al departamento Paraná, La Paz, Villaguay y Concordia llegando a las costas del Rio Uruguay y de ahí hasta el Rio de la Plata y Montevideo.

La expediciones de Céspedes

En 1624 el Gobernador Céspedes comandó una nueva expedición al Rio Uruguay para castigar a los indígenas que asolaban sistemática y frecuentemente a los pobladores de la zona, fundando después una iglesia y reducción en Santo Domingo Soriano, en la margen izquierda de Rio Uruguay.

En 1626 entró en negociaciones y logró que un cacique bajara a Buenos Aires acompañado del oficial Zayas donde fue cordialmente recibido.

La presencia de pobladores católicos

Poco después la población cristiana comenzó a aumentar en la margen del Paraná, particularmente en la zona de la Bajada. Y, desde allí, hacia el norte, camino de Corrientes y Asunción.

La ocupación fue lenta por la tenaz resistencia de los indígenas que jamás aceptaron esta situación, no obstante la valiosa cooperación que prestaban los misioneros que recorrían las tolderías haciendo su obra civilizadora.

La tercer campaña de Hernandarias

El infatigable Hernandarias llevó a cabo una tercera campaña al interior de Entre Ríos en 1632, donde lograron reducir varias tribus de Charrúas y Mepenes con los cuales concertaron una especie de convención de amistad y paz que sirvió de base para el establecimiento de relaciones más estables.

Estas tribus establecieron el núcleo principal de sus tolderías en los campos cercanos a la Bajada y sus caciques de apellido Yasú tuvieron frecuente y prolongada actuación ante el cabildo y las autoridades santafesinas.

Hernandarias

Las reducciones de indígenas

Hernandarias también dispuso la fundación de numerosas reducciones algunas de las cuales se establecieron en territorio entrerriano con tribus de tocagues, timbues, caletones y Mepenes sobre la costa oriental del rio Paraná.

La escases de sacerdotes constituyo en todo momento uno de los más serios inconvenientes para la debida organización de las reducciones y encomiendas.

Fue también Hernandarias quien gestionó la venida de los jesuitas y el Gobernador Céspedes quien gestionó el establecimiento en la costa del rio Uruguay.

Los jesuitas fueron dueños de varias acciones de vaqueo obtenida por donación o venta en las costas del Paraná, en la frontera norte con Corrientes y en la ribera del Rio Uruguay. Muchas dependían del colegio de Santa Fe y otras de la dependencia de Yapeyú fundada en 1676. Con el correr del tiempo fueron extendiendo sus estancias hacia el sur del territorio.

Las estancias de Garay

Pero volviendo en el tiempo en 1638 muere Juan de Garay, el Mozo y se produce la vacancia de las estancias entre los sucesores de Garay y Hernandarias, dentro de las cuales está la actual ciudad de Paraná.

Estas tierras desde Antonio Tomas a Punta Gorda corresponden a la Estancia de La Cruz existente desde 1590 que de Garay pasa por herencia a Hernandarias. Cambia el nombre cuando pasa a ser propiedad de los jesuitas, y es la famosa estancia San Miguel adquirida por compra una parte y otra por donación.

Se inicia después un largo pleito entre los sucesores que va a concluir en 1679 donde se canjean estas tierras por otra zona más al norte de Feliciano. Por esto podemos deducir que los jesuitas en esta estancia estuvieron cuarenta y un años y estas tierras correspondieron al final del litigio a María Francisca Arias Cabrera y Saavedra de Larramendi, heredera de Hernandarias.

A propósito del traslado de Cayastá

Entre 1650 y 1660 el pueblo de Santa Fe la Vieja hoy Cayastá, tiene que ser trasladado más al sur, por los numerosos ataques de las tribus de la región.

En 1662, el Gobernador del Río de la Plata, Alonso de Mercado celebra otro pacto con tribus de Cayagüates, Tocagües y Vilos, representado por sus caciques y el Padre Nicolás Carbajal, por este convenio las poblaciones se reducen y pueblan un lugar situado frente a Santa Fe en la otra Banda del Paraná a dos leguas.

En la misma época el Cabildo de Santa Fe le concede al Maestre de Campo Francisco Arias de Saavedra una encomienda de indios tocagües y le señalo como lugar de asiento el sitio de la Bajada.

Los albores del 1700

Comienza el siglo XVIII, en la costa de la otra banda, se incrementa la población, primero junto a la ribera, luego en lo alto de la barranca. La población sufre las continuas invasiones de los indígenas, y depende para la atención espiritual de los curas de Españoles y Naturales de Santa Fe, que delegan sus atribuciones a algunos misioneros y sacerdotes que recorren la campiña.

Particularmente encontramos al Padre Miguel de Barcelona, que arribaba periódicamente a la Bajada, a una capilla que los pobladores habían levantado y dedicado a la Inmaculada Concepción, se supone que a fines del Siglo XVII.

Las familias provenientes de Santa Fe y Corrientes seguían instalándose en nuestra zona formando el caserío. En tanto se agudiza el ataque de los aborígenes en la costa santafesina y esto obliga a llevar la imagen de la Virgen del Rosario que está en el Rincón a Santa Fe, hasta que cese esta arremetida y es el año 1715.

En 1727 tenemos el primer asentamiento fortificado en un sitio dominante de la población y al año siguiente intervienen las milicias de Paraná en las expediciones punitivas contra los indios

El año clave para Paraná: 1730

El 10 de Junio de 1730, el Obispo dirigió una comunicación al Cabildo, para que se deslinden las jurisdicciones de los Arroyos y el Paraná, para establecer curatos, pues se sentían necesidades por la mucha población.

Y de aquí en más la historia que todos conocemos. El 23 de octubre de ese año, el Cabildo Eclesiástico resuelve erigir la parroquia del Pago de la otra Banda del Paraná y ordena se le entreguen los ornamentos y alhajas de la capilla que se llevaron desde el Rincón.

El Padre Arias Montiel, se presentó a optar por concurso el cargo y el 15 de marzo de 1731 es designado cura de la Bajada.

“Hallábase yá poblado el curato de los Arroyos, y el de la otra banda del Paraná, servido en 1730 por Pedro González Baptista, cura anterior de Santa Fe, á los tres nombrados; y en 1731 se ordenó, se entregaran las alhajas del pago del Salado que se abandonó, á Ambrosio de Alzugaray primer cura de los Arroyos; y las alhajas de la capilla abandonada del Rincón, á Francisco Arias Montiel cura del Paraná, y á cada uno de estos curas á más, las alhajas de la capilla que en la otra banda del Paraná tenía el maestro Miguel de Barcelona, hasta tanto se fundaran nuevas capillas en el Salado y Rincón. Fundóse el curato de los Arroyos, en 23 Octubre de 1730 y el del Paraná en 28 de Febrero y 23 de Marzo de 1743, el Obispo fray José de Peralta Barrionuevo Rocha y Benavidez nombro cura á Manuel Rodríguez presbítero“ (Actas del Cabildo de Santa Fe).

Cuántas historias de vida encontramos, tiempos difíciles para todos. Tanto para las indígenas, primeros pobladores de este rico suelo como para los que llegaron después.

Esta historia es de todos y es nuestra y sentó las bases de lo que hoy somos, un pueblo rico en su diversidad, producto de varios orígenes y todos cobijados por Ella, nuestra madre, Patrona y fundadora. Paraná nació bajo tu cuidado y sigue caminando bajo tu amparo.

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