Hace tiempo que tengo la inquietud de conocer un poco más de los hornos de los padres de San Lorenzo. Cada vez que recuerdo la donación de Larramendi, veo esta referencia.
Comencé a investigar sobre el tema, ya que frente a la zona de la balsa en Bajada grande esta un horno que en algún momento se dijo que era la entrada a un túnel y después que era un horno de cal.
Mi interés es descubrir si este es el caso de este horno en particular.
Los Padres de San Lorenzo
Comencé con este tema, ¿Qué conocemos de los padres de San Lorenzo? ¿Una congregación? ¿Los que estaban en el convento de San Lorenzo? ¿Quiénes?
¿Qué referencias hay en nuestra historia? El 7 de mayo de 1619 en las actas del Cabildo de Santa fe se registra
“que se traigan y se pongan en doctrina los indios que estaban en la reducción de San Lorenzo y San Miguel, que habían sido traídos oportunamente de la otra margen del rio Paraná para ser adoctrinados y que huyeron levantándose”.
¿Dónde localizamos el convento? En la estancia Jesuítica de San Miguel del Carcarañá.
La Estancia Jesuítica
En 1719 la Compañía de Jesús fundó la estancia, cuyo casco se levantaba a la margen derecha del río Carcarañá en jurisdicción de la actual localidad de Aldao (Departamento San Lorenzo).
Era un establecimiento ganadero dependiente del colegio La Inmaculada de Santa Fe. Estaba destinado a producir bienes para el sostenimiento del colegio del que dependía.
Uno de los puestos de la estancia se denominaba de San Lorenzo y estaba emplazado en las cercanías de la desembocadura del Arroyo San Lorenzo. Unos pocos ranchos constituían la población integrada por la familia del puestero y la de otros peones y reseros.
El 30 de octubre de 1768 la orden jesuítica es expulsada de España y de sus colonias de América en cumplimiento de la real orden de Extrañamiento dictada por el rey Carlos III. Debido a la expulsión de los jesuitas se interrumpe la tarea evangelizadora.
Cambio de dueños de la Estancia
La Estancia San Miguel pasa a jurisdicción de la Junta de temporalidades de Santa Fe. En 1774 las tierras son subastadas públicamente. El regidor de Santa Fe, don Francisco de Aldao, fue uno de los adquirentes, repartiendo las tierras entre sus hijos. Félix Aldao, hijo del regidor, recibe una legua cuadrada, donde se levanta la ciudad de San Lorenzo.
El 1 de enero de 1780 la Capilla San Miguel pasó a manos de un pequeño grupo de franciscanos. Traían el propósito de convertir el lugar en centro de operaciones para su apostolado entre fieles e infieles, comienza a llamarse el lugar Colegio San Carlos.
Luego de que los jesuitas fueran expulsados, en 1767, la orden franciscana obtuvo esa propiedad, y dado el deterioro que presentaba la estructura, decidieron construir un convento en una baja hacia el río, al que se trasladaron en mayo de 1796.
Ubicados los franciscanos en ese convento, ¿podemos entender que nuestros hornos de los padres de San Lorenzo, son de los franciscanos?
Los asuntos en los pagos entrerrianos
Por otro lado ¿qué pasa en este lado del rio? En 1660 adquieren las tierras los jesuitas y fundan su estancia de San Miguel.
La forma precaria y primitiva en que se establecieron los lindes trajo aparejado enojosos pleitos entre los herederos de Garay que en 1679 deciden hacer el traspaso que todos conocemos, por los campos de la zona norte de la provincia.
En el libro, Historia del Colegio La Inmaculada de Guillermo Furlong. pág. 405 consta que
“En 1745 ordenaba el Provincial al rector del colegio que tuviera preparadas las fanegas de cal para el pueblo de la Trinidad y que ya estaba pagado con la yerba que dio. En 1754 escribía el Rector Padre Cea al Padre Garau, capellán del Carcarañá y le decía que el hermano Agustín había venido de la otra banda trayendo pejerreyes y dejo dos hornos de cal quemados, pero sucede que el rio esta tan bajo que ni cal ni piedra se pueden conducir”.
Después de la expulsión en 1767, don Pedro de Larramendi compra esas tierras a la llamada Junta de Temporalidades. Nos encontramos con la donación en 1778 a la Iglesia Parroquial de Paraná “para su mayor lustre y adelantamiento en honor del vecindario”, de la contribución de doña Francisca Arias Cabrera de Larramendi.
Dice esta donación que es una amplia extensión de tierra para que sobre ella se erigiera Paraná, que consistía en una legua de frente –desde el arroyo Antoñico hacia aguas arriba–, por media legua de fondo.
Los referidos terrenos aparecen individualizados en el instrumento de donación, uno lindero con la casa de Felipa cuello y su esquina frente a la casa de José Monzón, que será como un cuarto de solar de frente y a su fondo hasta la misma esquina de Don Pedro Mendizábal, que se compone de una cuadra.
Otro, esquina con el mismo don José Monzón, hasta dar con cerco de don Roque Caraballo, que será su frente tres cuartos de solar, y su fondo una cuadra.
El otro frente a la casa del Sargento Mayor Don Juan Broin de Osuna, hasta dar con cerco de Don Lorenzo Soto, que serán tres cuartos de solar, y a su fondo una cuadra. El otro frente a la casa de José Antonio García hasta dar con cerco de Juan Antonio Rodríguez, que serán tres cuartos de solar y su fondo hasta dar con cerco de Don Pedro Mendizábal.
El quinto y último sitio, frente a la casa de don Roque García, hasta dar con cerco de Don José de la Rosa que serán un cuarto de solar y fondo una cuadra.
El terreno que buscábamos
“Quedaron excluidas de la enajenación, por expreso deseo de los contratantes, las fracciones que habían sido vendidas por los Larramendi, una legua de frente por media de fondo, donada en el Siglo XVIII a la Iglesia Nuestra Señora del Rosario del Paraná, el terreno ocupado por el horno de los Padres de San Lorenzo, la quinta y estancia de Antonio Crespo, y por último, dos leguas de campo afectadas a una Capellanía fundada por los antecesores de los vendedores.”
Ese terreno es el que motiva este artículo. En el libro que mencionamos en varios momentos de este escrito, se menciona que así como los franciscanos heredaron la estancia San Miguel de Carcarañá, o en todo caso la mejor parte que es San Lorenzo, así también se quedaron con el horno de cal que los padres jesuitas del colegio, habían instalado y utilizado con anterioridad a dicha fecha, afirma el Padre Furlong en el citado libro.
En un viejo plano del juicio de Larramendi encuentro la referencia de las caleras y aunque no especifica que son las de San Lorenzo, se puede suponer que sí lo son, ya que están fuera de las tierras donadas y en el lugar del horno encontrado en Avenida Estrada.
Fuentes consultadas
Archivo Arquidiocesano de Paraná.
Actas del Cabildo de Santa Fe
Padre Guillermo Furlong. Historia del Colegio de la Inmaculada de la ciudad de Santa Fe y de sus irradiaciones culturales, espirituales y sociales 1610 1962. Tomo 1 1610 1862. Edición 1962.
Ernesto J. A. Maeder (2000). La administración y el destino de las temporalidades jesuíticas en el Río de la Plata
De Celaya, Ricardo, Doroni, Eduardo y Lentino, Elvio. “Jesuitas y Franciscanos en el Carcarañá” Editorial Cromográfica, 2007