En este encuentro hoy quiero compartirles un poco de la historia de la familia Borges en su paso por nuestra ciudad. Francisco Borges Lafinur había nacido en Montevideo, Uruguay en 1835, hijo de Francisco Borges y Carmen Lafinur, militar argentino de origen uruguayo, hijo de exiliados argentinos, que participó en los enfrentamientos contra los indígenas y en la guerra del Paraguay. Y fue abuelo del escritor argentino Jorge Luis Borges.
Su carrera militar
Se enroló en la defensa durante el sitio de Montevideo desde muy joven, como oficial de artillería. Se unió al Ejército Grande y combatió en la batalla de Caseros, se radicó en Buenos Aires y en la defensa de la ciudad contra el sitio que le impuso Hilario Lagos en 1853.
En 1857 fue uno de los jefes de artillería en una campaña contra los indígenas, dirigida por Bartolomé Mitre, que terminó en un desastre militar. Permaneció en la frontera contra los indios del sur, al mando de fuerzas de caballería. Luchó en las batallas de Cepeda y Pavón y en la conquista de las provincias del interior, especialmente en Córdoba. Permaneció casi un año de guarnición en esa provincia, regresando más tarde a la lucha con los indígenas.
A órdenes del general Wenceslao Paunero participó en la Guerra del Paraguay, destacándose en las batallas de Yatay, Estero Bellaco, Tuyutí, Boquerón y Tuyú Cué. En 1868 participó en la campaña del ejército nacional contra las fuerzas del General Nicanor Cáceres, leales al Gobernador legal de la Provincia de Corrientes, y fue ascendido al grado de Coronel.
Llega a Entre Ríos y se casa
En 1870 participó en la guerra contra el último caudillo federal, Ricardo López Jordán, gobernador de la provincia de Entre Ríos. No llegó a combatir, excepto por algunos combates menores en defensa de la ciudad de Paraná, ocupada por las fuerzas nacionales. Estando en Paraná se casa con Francisca Ana Haslam en nuestra iglesia Catedral.
¿Cómo llega esta inglesa a la ciudad?
Jorge Suárez, era un empresario amigo de Urquiza que tuvo a su cargo la explotación del servicio de tranvías tirados a caballos que tenía dinero y reputación. Este empresario Suárez se casó con una mujer respetada de la sociedad: Carolina Haslam, que lo acompañó a vivir en Paraná, donde debía atender sus nuevos negocios.
El matrimonio Suárez-Haslam vivió junto al padre de la mujer: Edward Young Haslam, un docente normalista que dictó clases en la escuela de Paraná, doctor en Filosofía, periodista y editor del primer diario rioplatense en lengua inglesa.
Se nota por sus escritos, que Haslam amaba Paraná.
“Ya me extendí bastante en las bellezas naturales de Paraná. Tengo que hablar un poco ahora de sus ventajas morales y sociales. Realmente creo que no hay en la República algo semejante con respecto a las facilidades proporcionadas a nivel educativo; y ¡gente afortunada, estos paranaenses!, no deben pagar ni una moneda para que sus hijos sean bien educados y abastecidos de libros y otros requisitos para su instrucción”.
Eso escribió Haslam en su diario Southern Cross.
Eduardo Haslam vivió en la capital entrerriana. Decidió quedarse, tras visitar a su hija Carolina y vino junto a su hija Fanny, y habitó la casa de Jorge Suárez.
Fanny la hija menor de Edward Young, cuenta la historia vio desfilar desde el balcón de su casa a un apuesto militar con quien más tarde bailó en la velada de recepción que la ciudad le hizo al regimiento recién llegado a Paraná. Y este joven era el Coronel Francisco Borges.
El expediente matrimonial
En nuestro archivo tenemos el expediente matrimonial donde los novios hacen su pedido para este matrimonio. Francisco expone que tiene un serio compromiso para contraer matrimonio con la señorita Francisca Ana Haslam, natural de Inglaterra, vecina de la ciudad e hija legitima de Eduardo Haslam y de Francisca N. de Haslam,
“la cual es de ascendencia protestante y se opone a nuestro enlace el impedimento por la disparidad de culto, por lo cual pide la dispensa.”
Dice el pedido, que tiene fecha 12 de agosto de 1871, también afirma que la mencionada puede considerarse huérfana, ya que su madre había fallecido y su padre se había vuelto a casar, pero que su hermana no le dejaba faltar nada.
Terminado este expediente donde son testigos Ramón Febre y Miguel y Malarin, se acepta la disparidad de culto y contraen matrimonio el 14 de agosto de 1871. Nacen dos hijos de este matrimonio, Francisco Eduardo nacido en 1872 en Buenos Aires y Jorge Guillermo nacido en 1874 en Paraná.
Unido a la revolución mitrista
Cuando, en 1874, los liberales son derrotados por el candidato presidencial del Partido Autonomista Nacional, Nicolás Avellaneda, se unió a la revolución mitrista en su contra. Puso como condición que ésta sólo estallara después de la asunción del presidente Avellaneda —al que consideraban ilegítimo— y no durante el mandato de Sarmiento.
En principio así iba a ocurrir, pero las órdenes del gobierno para que los jefes que suponían rebeldes entregaran sus tropas a los leales obligaron a adelantar la revolución. Cuando el gobierno le ordenó entregar su regimiento al coronel Julio Campos, lo hizo sin oponer resistencia, obstinado en no alzarse contra Sarmiento.
Una carta de Sarmiento
Muchos años después salió a la luz una carta que Sarmiento le enviara en septiembre de ese año y donde le decía a Borges:
“Revelaciones escritas hechas al gobierno por los jefes que intentaron comprar o corromper aseguran unánimemente que el plan de revuelta reposaba sobre Arredondo en San Luis, Rivas al sur y Ud. al oeste.”
Le dice que vuelva:
“Coronel: no se hasta donde pueden influir sobre su ánimo afecciones personales o errores de buena intención (...) Oiga a un amigo: si alguna prenda hubiese Ud. comprometido yo le doy mi palabra de honor que ateniéndose en adelante a lo que el deber le prescribe y obedeciendo al gobierno quedará Ud. en la misma situación de antes.”
Sarmiento le explica en qué situación están los conspirados, le muestra que serán derrotados:
“Luego veremos en que para la revolución de los asesinos y traidores”. Y se despide: “Suyo y amigo”.
La batalla final
Borges entrega su regimiento y espera a que Sarmiento termine su mandato, en octubre, para unirse a los mitristas. Pero sus compañeros lo desdeñan por llegar tarde y para el gobierno, está en rebeldía. La lealtad a Sarmiento lo ha dejado en una cornisa con vacío a ambos lados. Leal y rebelde, sólo le quedaba el coraje, habrá pensado.
Por esto fue puesto al mando de una caballería sin experiencia ni adecuada instrucción. Durante la batalla de La Verde, al ver que el ejército de Mitre era destrozado en combate, y cuando la batalla ya estaba perdida, se separó de sus hombres y atacó de frente contra la línea de tiradores del Teniente Coronel José Inocencio Arias. Resultó herido de muerte, y la leyenda aseguró desde entonces que se había hecho matar debido a la incomprensión de los dos bandos sobre su gesto de negarse a rebelarse antes de tiempo.
Tras unas horas de agonía, murió en el campamento de las fuerzas de Mitre en La Verde, Nueve de Julio, provincia de Buenos Aires, 26 de noviembre de 1874. A la edad de 39 años, dejando una viuda y sus dos hijos.