Hay expresiones que calan hondo porque dicen cosas profundas. Hay otras que tienen el mismo efecto pero desde la ambigüedad de su construcción, la cual hace que se puedan entender muchas cosas, de acuerdo a quién la pronuncia o la escucha. El documento de Aparecida nos ha dado una de estas últimas: conversión pastoral. El término pastoral, para el que se pide una conversión, puede significar dos cosas distintas y, de hecho, el documento la usa en esas dos acepciones.

Por una parte, pastoral hace referencia a los agentes de pastoral en general y, sobre todo, a la personas de los pastores (concretamente de los consagrados a través del sacramento del orden sagrado). Veamos las citas:

“La conversión personal despierta la capacidad de someterlo todo al servicio de la instauración del Reino de vida. Obispos, presbíteros, diáconos permanentes, consagrados y consagradas, laicos y laicas, estamos llamados a asumir una actitud de permanente conversión pastoral, que implica escuchar con atención y discernir “lo que el Espíritu está diciendo a las Iglesias” (Ap 2, 29) a través de los signos de los tiempos en los que Dios se manifiesta.” (DA 366)

“La conversión de los pastores nos lleva también a vivir y promover una espiritualidad de comunión y participación, “proponiéndola como principio educativo en todos los lugares donde se forma el hombre y el cristiano, donde se educan los ministros del altar, las personas consagradas y los agentes pastorales, donde se construyen las familias y las comunidades”. La conversión pastoral requiere que las comunidades eclesiales sean comunidades de discípulos misioneros en torno a Jesucristo, Maestro y Pastor. De allí, nace la actitud de apertura, de diálogo y disponibilidad para promover la corresponsabilidad y participación efectiva de todos los fieles en la vida de las comunidades cristianas.” (DA 368)

Esto ha sido asumido por los Obispos de la Argentina como podemos leer en la Carta pastoral con ocasión de la Misión Continental (20/08/09):

“En la tarea pastoral ordinaria la gran “conversión pastoral” pasa por el modo de relacionarse con los demás. Es un tema “relacional”. Importa el vínculo que se crea, que permite transmitir “actitudes” evangélicas. Como Jesús en el encuentro con el ciego de Jericó, que lo llamó, le abrió un espacio para que compartiera su dolor, le devolvió la vista, y así finalmente, en un vínculo nuevo, el ciego “lo siguió por el camino” (cfr. Mc 10, 46 – 52)” (CPOMC, 15).

Pero pastoral puede también significar “acción eclesial”. Si se pone el acento en la acción concreta de la Iglesia en una realidad concreta marcada por el lugar y la historia, entonces hay que prestar especial atención a los procesos y estructura pastorales. En este sentido también habló Aparecida:

“Esta firme decisión misionera debe impregnar todas las estructuras eclesiales y todos los planes pastorales de diócesis, parroquias, comunidades religiosas, movimientos y de cualquier institución de la Iglesia. Ninguna comunidad debe excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas, en los procesos constantes de renovación misionera, y de abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe.” (DA 365)

“La conversión pastoral de nuestras comunidades exige que se pase de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera.” (DA 370)

Los Obispos Argentinos también lo han entendido en este sentido:

Por ello es necesario un camino de “conversión pastoral”, buscando cambiar el modo de transmitir el Evangelio reconociendo que el Espíritu Santo está en el origen de todo camino de Fe. (CPOMC, 42)

“Por tal motivo fue madurando una acentuación en la necesidad de una “conversión pastoral” y un estilo misionero en toda actividad pastoral ordinaria. Esto no significa que no se hagan gestos misioneros concretos, pero queda claro que la Misión Continental no debe terminarse en ellos. Por lo tanto hablar de Misión Continental es decir al mismo tiempo dos cosas: trabajar en una “conversión pastoral” que lleve a un estado de misión permanente, a partir de la pastoral ordinaria, y realizar misiones organizadas que encarnen y hagan visible este renovado estilo misionero.”(CPOMC, 8-9)

“Por este motivo la conversión pastoral tiene que tocar la pastoral ordinaria, empezando por la parroquia, las capillas, las comunidades, la catequesis, la celebración de los sacramentos, las estructuras diocesanas, decanales, etc. Y es allí, en nuestra tarea pastoral ordinaria, donde debemos reconocer que hay “estructuras caducas” y que es necesario abandonarlas, para favorecer la transmisión de la Fe. ”(CPOMC, 14).

Si la “conversión pastoral” pasa por la conversión personal de los pastores (en sentido amplio o estricto), entonces solamente hay que poner en práctica toda la segunda parte del Documento de Aparecida, referido a la vida de Jesucristo en los discípulos misioneros. En la Argentina, esto pasaría por un asalto a una concepción clerical de la Iglesia. El clericalismo de los clérigos y (peor aún) el clericalismo de los laicos es un gran escollo para que la vida eclesial sea sana y profunda. Por una parte, parece que los clérigos queremos unos laicos que sepan decir disciplinadamente “si padre” a todas las genialidades que se nos ocurren. Por otra parte, muchos laicos “comprometidos” son obsecuentes  por comodidad o búsqueda de poder eclesial. Y otros, haciendo gala de un anticlericalismo que es en definitiva un clericalismo con fines distintos, se colocan en los reclamos agrios o en la ignorancia y desidia frente a lo eclesial. Esa dichosa “espiritualidad de comunión” tan proclamada es urgente que se ponga en práctica a través de actitudes concretas que hagan crecer la “pertenencia cordial”.

Si la “conversión pastoral” pasa por la acción eclesial, el llamado a “abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe” es una proposición valiente. Desgraciadamente no se animaron los obispos a dar indicaciones sobre algunas de ellas. Por eso hago propuestas, sin intención de destruir sino de pensar en como están nuestras cosas. Esto que escribo es desde la experiencia pastoral de una Iglesia Local concreta (Arquidiócesis de Paraná). Por lo tanto son realidades locales de las cuales hablo. Pero me parece que son problemas que exceden a nuestros límites.

Iniciación cristiana infantil:

Nuestra praxis es bautismo de bebé y confirmación y primera comunión de niños de 9 y 11 años respectivamente. (Quisiera aclarar que en mi Arquidiócesis se hizo un reordenamiento de los sacramentos, a instancias del Obispo de entonces y con muchas objeciones por parte del clero. Se reordenó pero todo sigue igual que antes… con un nuevo “orden teológico”, nomás).

Las consecuencias de este tipo de iniciación son lamentables: sacramentos recibidos como acontecimientos sociales, laicos adultos que son infantiles en cuanto a su formación y sin respuestas a una fe cuestionada por la vida o la ciencia, pertenencia comunitaria deficiente del iniciado, abandono de la práctica de la fe con el comienzo de las crisis propias de la pubertad.

No cuestiono el bautismo de niños. Simplemente me pregunto porque no se termina la iniciación ya avanzada la adolescencia, cuando los cuestionamientos exigen la propuesta de una fe profundamente razonable.

Parroquia:

Aquí lo que hay que abandonar es la indefinición de un modelo parroquial. La parroquia puede ser cualquier cosa, de acuerdo a lo que piense el párroco de turno. Junto a esto, seguimos con un modelo de parroquia rural en el corazón de las ciudades. Los tiempos y las referencias de pertenencias son muy distintos en la ciudad y en el ámbito más rural. Uno es consciente de estas complejidades en vista a propuestas, pero ¿no será tiempo de jugarse y pensar un modelo parroquial argentino?

Cuaresma:

Si hay algo que está desubicado culturalmente es nuestra cuaresma. Entiendo que ha nacido en el hemisferio norte y trasladada a estos pagos por la primera evangelización. Pero aquí, en el sur, es el final del verano: el ambiente cultural está mucho más propenso a la dispersión que propone el calor que a la intimidad que propone el frío (en el norte está terminando el invierno).

Nuestras cuaresmas son una gran apuesta pastoral: muy cargadas de vía crucis y otros ejercicios espirituales. Pero estos son vividos solamente por un puñado de fieles (mayor que el resto del año, pero un puñado nada más). Sumemos a esto que coincide con el comienzo de las clases, es decir, con un tiempo de ordenamiento en las actividades humanas.

La paradoja es que la apuesta pastoral culmina con la celebración de la Pascua. Luego viene otra cuaresma, la de la preparación para recibir el Espíritu, que pasa totalmente desapercibida. Pese a ser un momento más propicio para las actividades espirituales por lo templado del clima, por la vida que se ha organizado al estar en marcha el año escolar.

Misiones devocionales:

La visita de la Virgen o de los Santos a las casas, acto de por sí bueno porque son un contacto directo y frecuente con los hogares y un recuerdo de la comunión de los santos, muchas veces son una excusa para “zafar” de una misión propiamente dicha. Ellas esconden la falta de una praxis en la cual haya un anuncio kerigmático al católico que está sumergido en el mundo de la increencia. Hablar hoy de misión implica superar (en la práctica) el concepto de misión devocional.

Escuelas, colegios y universidades católicas:

¿En verdad transmiten la fe y una cosmovisión cristiana? Habría que reformular profundamente la pastoral educativa o, de lo contrario, ofrecerlas a cooperativas de padres que buscan una educación privada y sin paros.

Obispo auxiliar:

No tengo problemas con algún ex obispo auxiliar de mi arquidiócesis. Simplemente no entiendo el fundamento teológico de un obispo que abandona la comunidad de la cual es titular para ayudar a otro en el pastoreo de una comunidad a la que no “pertenece” y, para que tenga autoridad allí, se le nombra Vicario General. ¿Qué funciones que tiene el obispo auxiliar no las puede realizar el presbiterio? ¿su presencia no diluye el presbiterio al interior de la Iglesia Local? Son preguntas que me hago y, ya que estoy, las formulo en voz alta en este contexto.

Junto a esto, uno desearía la promoción de dos instrumentos pastorales sistemáticamente ignorados: los consejos pastorales con una mayoritaria presencia laical y los sínodos diocesanos (o asambleas, u la forma que se quiera tomar). Aquello de comunión y participación está muy proclamado pero cuesta llevarlo a la práctica. Forman parte de una “teología no asumida” que en la práctica es solo una teología de raíces profundamente clericales. La “conversión pastoral” también pasa por este lado.

¿Qué opinás? ¿Estoy equivocado en alguna de estas? ¿Agregarías alguna otra?

(Esta fue una respuesta a una encuesta que hiciera un teólogo hace algunos años atrás... La recomparto aquí)

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23 COMENTARIOS

  1. Ta bien, padre Fabián. Pero ¿ustedes pueden hacer eso?
    "Como Jesús en el encuentro con el ciego de Jericó, que lo llamó, le abrió un espacio para que compartiera su dolor, le devolvió la vista, y así finalmente, en un vínculo nuevo, el ciego “lo siguió por el camino"
    ¿O todo es lirismo después de la realidad concreta de Jesús?
    Saludos.

  2. El texto que está arriba es mi respuesta a una encuesta. La está haciendo un teólogo argentino que hablará sobre el tema de la conversión pastoral y las estructuras caducas en la plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina en el mes de noviembre (por pedido expreso de los mismos obispos que están interesados en el tema). Mandó una consulta a muchos para que se pudiera enriquecer su exposición. A mi me llegó a través de mi obispo auxiliar. Al contestarle me dije: ¿porqué no subirla al blog para ver las reacciones y dialogar con los visitantes?.
    Es una respuesta entre las cientos que recibirá. Seguramente la mayoría más sensatas y profundas que la mía. Pero la he puesto por escrito no por un lirismo que ignora al Señor. Muy por el contrario.
    Lo que vos planteas va por el lado de la conversión personal de los pastores. ¿Vos no confias en la sinceridad del otro? Yo sí. Veo los pecados pero también el sincero esfuerzo de muchos por mejorar.
    Ahora bien, yo me detuve bastante no en ese tema que es propio de la espiritualidad, sino en el de las estructuras, más propio de la teología pastoral.
    Se habla de conversión pastoral. Hablé sobre el término pastoral. Pero está precedido de "conversión", lo cual significa imitar a Jesús en sus actitudes concretas y hacer carne, en un proceso continuo y ascendente, sus palabras.
    ¿Si es posible dejar a un lado las estructuras caducas? Si. Pero con tiempo. En la Iglesia nada cambia de golpe. Pero muchas estructuras caen con el paso del tiempo: mueren de muerte natural porque ya no son apropiadas para el tiempo histórico. Un caso concreto. A fines del siglo XIX las cofradías era muy comunes. Hay son aves raras. Y de esto muchas otras cosas.
    Tiempo y paciencia.

  3. Ahora si que estuviste filoso, pero bien. De esto nos habló el Obispo el otro día, pero por supuesto el fue duro con el mismo y muchos que escuchan dicen ....no es para mi....¡Es para todos! como vos decis, pero para una sociedad católica verticalista, porque a mi me parece que es verticalista...Dios arriba-elPapa-el Obispo-el Párroco-el Vicario y despues nosotros los laicos.
    Pero que pasa: Dios habla y no lo escuchamos..el Papa habla y no lo leemos..el Obispo habla y decimos que es aburrido..el Párroco ya casi no habla ¿para qué?.. el Vicario no habla porque le toca al Párroco..y nosotros laicos ¡¡ah no nos corresponde, para eso está el cura !!
    Así estamos y así vamos..Jesús nos habló a todos y cuando nos demos cuenta que nos corresponde ayudarlo a trabajar en Su mies ...espero no sea demasiado tarde.
    Con mi apostolado creo hacer un poquito de lo que piden los Obispos, siempre hay mucho mas para hacer.
    Te parece Padre que veremos todos estos cambios , creo que no, porque son lentos ...tienen historia y la historia no es facil de cambiar, de educación que tampoco es facil de cambiar.
    Entonces pongamos nuestro esfuerzo en, primero comprender lo que se pide desde la Iglesia inspirada por el Espíritu Santo--no es antojo de hombres-- y despues hagamos todo lo que podamos.
    Me gustó de verdad. Puedo copiarlo y enviarlo acá en la Diócesis.
    Que Dios te bendiga y te siga usando para el bien de la Iglesia.

  4. PADRE FABIAN,realmente yo coincido con ud.realmente se necesita un cambio muy profundo,desde las mentalidades de todos los que estamos en la fe,y que no avanzamos como lo querria JESUS. El clero se encuentra convulcionado,muchas veces no siendo ejemplo de santidad, los ministros persiguiendo intereses personales,el muy acentuado individualismo`para mostrarse en las comunidades, las escuela religiosas que no acrecientan la fe en los niños,porque no lo hacen convencidos que estan formando cristianos,las familias que nos acercarnos cuando nos toca una prueba,los catequistas que tienen una pobre formacion,y realmente ni ellos mismos estan convencidos de lo que transmiten.Creo que estamos siendo erroneos,que la misma crisis de fe que se esta en todos nosotros esta basada en el poco AMOR que le ofrecemos a JESUS, es necesario que EL nos toque el corazon en nuestra tibieza para que aprendamos a amarlo como merece.Yo haria una pregunta,pero para todos ¿QUE HACEMOS POR JESUS? CUALES SON NUESTROS RENUNCIAMIENTOS POR AQUEL QUE LO DIO TODO? HASTA CUANDO SEREMOS DEL MUNDO? cuanta conversion necesitamos,cuanta entrega es necesaria, esa entrega desinteresada que dignifica nuestro espiritu.SE QUE DIOS TODO LO VE,Y QUE ES INMENSAMENTE MISERICORDIOSO,SINO QUE SERIA DE ESTE PUEBLO DEBIL E HIPOCRITA.

  5. La conversion es nuestra tarea de todos los dias...
    Es una tarea individual, familar, comunitaria, eclesial.
    Es muy bueno que en estos tiempos de crisis de fe generalizada, seamos muchos los que meditamos en ella y la busquemos todos los dias...
    Para los que nacemos en el espiritu, la conversión es la causa de nuestros desvelos, individual y comumunitaro.
    Es verdad que hay muchas estructuras eclesiasticas que cambiar, otras que mejorar. Pienso tambien, que hay que crear nuevos caminos de comunion con los hermanos..
    La Iglesia, pueblo de Dios que camina hacia la Luz,debe renacer cada dia en el Amor.
    Todos sabemos cual es nuestro mayor gozo y anhelo... Ponerlo en practica es el gran desafio.
    NADIE SE SALVA SOLO.
    Es en la comunidad en Cristo, que encontramos el camino a casa.
    SALVANDO A OTROS QUE COMO NOS SALVAMOS.
    Si no abrimos nuestros corazones a los hermanos y ofrendamos nuestras vidas a los demas, por amor a Dios, nuestro espiritu se congela en la oscuridad.
    Ya no sentimos a Jesus, no comprendemos su Palabra, no lo tenemos en la eucaristia, no vienen las inspiraciones del Espíritu.
    Todo se torna frio y desolado. Nos quedamos solos en un mundo que no es el nuestro,sufriendo una vida sin sentido ni gozo alguno, aunque lo tengamos todo a los ojos de los deman.

  6. Y continuando con su pensamiento de la conversion pastoral...
    Creo que es en comunidad donde el Espiritu de Dios se manifiesta, donde expresa su verdad y nos muestra el camino.
    Voy a tratar este tema en familia y con amigos, y luego les voy a compartir humildemente lo que concluimos desde nuestra simplicidad laical.

  7. Es mi opinión, nada más, padre, pero me parece que conversión de uno "debe" ser conversión de todos. Es decir, cada uno en su lugar de vida, en su vocación, en su misma persona debemos convertirnos al Señor todos los días. Pero de qué sirve que yo solo pueda en mi vida espiritual, personal de diversos órdenes, ser mejor cristiano si la comunidad toda parece ir por otros caminos? Esto me trajo en mente de inmediato, la idea de BIEN COMÚN, el cual no es la suma de los bienes particulares sino el Bien logrado mancomunadamente, el mío y el de todos. También recordé la doctrina sobre la comunión de los santos: cada acto personal bueno repercute en el bien de todos así como cada pecado pesa sobre el que lo cometió y la comunidad sufre sus efectos también.( dicho en palabras sencillas...)
    Estoy de acuerdo con Ud. en que hay muchas cosas de nuestra Iglesia contemporánea que se podrían mejorar en su estructura, en su "sistema" por decirlo de alguna manera. Es más, me atrevo a decir que, en mi opinión la Iglesia católica transita el siglo XXI con una mentalidad del medioevo. Sin ánimo de ofender a nadie. Por favor que no se me malinterprete !!! Como Iglesia sufrimos un quiebre muy importante. Por un lado pertenecemos a una "estructura" medieval, la cual queda reservada para lo que la mayoría de las personas tildan como "religioso" pero, inmediatamente que cruzamos la puerta del templo o de los lugares directamente vinculados a la Iglesia; nos "topamos" con el mundo que ya no es la añorada cristiandad del medioevo sino que resulta ser la sociedad post-postmoderna en un país en vías de desarrollo.
    Bueno, padre, se pueden decir tantas cosas... qué se yo...
    Saludos y bendiciones...

  8. Fabián

    Que nadie acalle tu voz.
    Creo que ahora falta un paso más: de tu descripción de la realidad (que en gran medida comparto) a un proceso de mejoramiento.
    Continuamente me topo con la arrogancia de pastores sabelotodos y laicos aduladores-más-papistas-que-el-papa, gente que suele escandalizarse porque es lo más cómodo o espontáneo,sobre todo frente a observaciones o propuestas de análisis y cambio como lo que decís vos.
    No sé cuál es la solución. Simplemente trato de acordarme algo que escuché del obispo de San Isidro: "la clave está en reconocernos necesitados de Dios". Creo que esa idea es un picaporte para cualquier acción o cambio. Cariños!

  9. Estimado Fabián: Desde jóven ( diría desde la década del Concilio, años 60) recuerdo que venimos realizando gran parte de tus mismas reflexiones. Es dificil entender como después de 40 años todavía las sigamos haciendo. Ciertamente que la explicación puede estar en que a los seres humanos lo mas dificil de cambiar son las estructuras, primero logicamente las mentales, y a eso se refiere precisamente el término "conversión". En el seminario por el cual vos pasaste y todas las generaciones siguientes y por el cual yo también pasé, se decía seminario "conciliar", pero de que concilio? el de Trento. Es como si el Vat.II no era para ese seminario y todos los que de alguna manera podían pensar en tal sentido, salvo excepciones, terminaban saliendo, alejándose. Yo creo que mucho de lo que está padeciendo la estructura eclesial nace allí en el seminario. Sin embargo claro que debemos ser optimistas, sino no confiaríamos en el Espíritu, pero lo humano no podemos descuidarlo porque como dice el dicho "lo que natura no da, salamanca no presta".Es cierto que la primera conversión debe ser interior, pero si decimos que es pastoral entonces decimos que debe ser práctica. Hablamos de nuevos paradigmas, de inculturación del evangelio, de nuevos areópagos etc. y está bien. pero solo en algunos ámbitos intelectuales y no se baja a la práctica, cuando las dos cosas deben ir simultaneas, porque se debe reflexionar desde las realidades y no alejados de éllas. Será por eso que Juan Pablo II decía "Parroquia, búscate a ti misma y encuéntrate fuera de ti misma". La gente, salvo escaso número, no va mas a los templos, eso es una realidad incuestionable, entonces ¿porque seguimos educando sacerdotes solo sacramentalistas desde el punto de vista pastoral? No están ellos y por obvia derivación nosotros los laicos, capacitados para predicar el evangelio fuera de las estructuras consolidadas hace ya siglos. La sociedad cambió, en muchas cosas para mal y en muchísimas para bien, y lo lamentable es que queremos seguir predicando el evangelio en un lenguaje que ya no entienden. Hablamos de nuevos areópagos y creo sinceramente que es un error la comparación, porque el areópago de San Pablo fue un fracaso, "porque no lo entendieron" y no solo porque tenían otros intereses.Decidamente creo que debemos dejar de pasar de una Iglesia del miedo a una Iglesia que realmente cree en la fuerza del Espiritu y estar decididos a cambiar, aunque nos duela y lo primero es estar al lado de la gente y sus problemas, sus necesidades-Eduardo.

  10. Fabían, coincido en general con tu planteo, en especial con la existencia de “estructuras caducas” (me llamó poderosamente la atención el documento) y con la necesidad de potenciar el protagonismo de los laicos y me gustaría añadir un par de cometarios.
    La conversión pastoral necesita del cambio personal y de las estructuras (se ha discutido mucho cual primero, pero en la práctica van de la mano)
    Me parece importante pensar también en la reforma de los Seminarios, de los planes de estudio, del método, en el sentido de discernir cual debe ser la voz de los pastores que las ovejas reconozcan. Algo decía J. Pablo II cuando reclamaba traducir al idioma de cada época las verdades permanentes del evangelio. Es – obviamente – un lugar clave. Hoy, tengo la impresión, que los sacerdotes – en especial si están al frente de una parroquia – comienzan a aprender cuando los designan, con lo cual necesariamente aprenden por el “método del error” que es el peor de todos lo métodos y se expresa sobre las espaladas de los parroquianos.
    En segundo lugar, reconocer la verticalidad en la Iglesia, con Cristo como cabeza y la potestad papal de pontificar en materia de Fe, no es contradictorio con la “colegialidad” de la que puede participar todo el cuerpo de la Iglesia, los laicos incluidos y de la que la Iglesia de Latinoamérica, por historia, necesidad y convicción, se ha mostrado precursora.
    En cuanto a las parroquias, no sería mala idea observar las experiencias de pequeñas comunidades, cercanas a los fieles, muy pegadas al terreno y la las familias, pastoreadas por laicos e integrantes de una comunidad mayor: la parroquia.-
    Muy interesante la cantidad de comentarios que ha provocado el tema.
    Un abrazo, Adiós, Pablo Cassano

  11. Estimado Padre. Con referencia a los nuevos modos de evangelización pertenezco a una parroquia evangelizadora, se insiste en la visita a los hogares y se formaron pequeñas comunidades que intentan imitar las comunidades primitivas, se reunen semanalmente para alabar a Dios con la guia de un laico que los guia (siempre con la guia del Sacerdote de la Parroquia) estoy muy entusiasmada por que el miércoles empiezamos con mi esposo un curso Alfa y luego vamos a tener que colaborar con la Parroquia. No se de que trata pero nuestro Párroco nos envió. El hizo un curso en Inglaterra creo que en compañía del Cardenal Bergoglio y este curso lo ofrecía la Iglesia Anglicana. En fin con esto quiero contarles que hay Parroquias con una nueva visión de la pastoral. Padre si te interesa el sacedote que implementó las pequeñas comunidades en María Madre de la Iglesia es el Padre Han Lim Moon y el Sacerdote que está ofreciendo el curso Alfa es el Padre Adolfo Losada de la misma Parroquia (dos verdaderos pastores, no te imaginás lo que son...) Saludos Mariana

  12. Gracias, Fla. Me gustaría saber que es lo que no compartís de la descripción.

  13. Padre: me parece que su articulo esta lindo. Aunque no todos los laicos tienen fe inmadura. En muchos no es así.
    Me parece bien que la catequesis se continue en la adolescencia, pero habría que pescar a los chicos no despues de los 10 u 11 años, si no, no van a querer ir.
    Si me parece importante lo de la Pastoral educativa. Si el colegio católico no hace crecer en la fe, lo veo muy cercenado...
    Saludos y bendiciones.

  14. Choni: creo que nos debemos un gran debate sobre estos y otros temas.
    Particularmente no creo que todos los laicos tienen fe inmadura. En eso coincidimos. Pero si creo que los que tienen una fe madura no son muchos sino pocos. Un prueba: de los laicos que Ud se cruza diariamente, en su trabajo y en el supermercado (por decirlo así), ¿que porcentaje tiene fe madura y que porcentaje fe inmadura? Yo no me refería a quienes han tenido la gracia de un crecimiento o renovación de su fe (lo cual ciertamente es su caso), sino a los que "andan a pié" (que es la mayoría). Con las encuestas en la mano, que dicen que en Paraná hay menos de un 8% de católicos que van a Misa los domingos... ¿podemos hablar de fe madura?
    Hay muchas maneras de abordar este problema. Entre ellas está el problema de la iniciación infantil a la fe. Esa manera de iniciar no es Palabra de Dios sino práxis pastoral, por lo tanto, histórica y mutable. Mi pregunta es si se la debe mantener tal cual está o cambiarla para que sea un verdadero proceso de fe.

  15. Padre: lo que ud dice sobre el % es real y desde la gripe A, mas aún, la gente no ha regresado o les ha gustado no ir. Y eso es falta de madurez.

  16. Muy interesante este artículo, abre muchas puertas! Concido con vos (en parte por mi propia experiencia eclesial y personal) en tus planteos sobre el clericalismo (tanto de los sacerdotes como de los laicos), en el carácter devocionalista de la mayoría de las misiones parroquiales (parece que para anunciar el Kerigma hay que irse lejos), la "cosmovisión cristiana" tan cuestionable de muchas escuelas, institutos y universidades católicas, la reducción a un mero acontecimiento social de los sacramentos administrados en la infancia y el paso inadvertido de la cuaresma. Pensar en las causas de estos hechos es bastante complicado. Podríamos hablar de una multiplicidad de factores o condiciones que propician dicha situación. Pienso en vos alta (al igual que vos): ¿cómo es la formación de los pastores? ¿De qué manera se preparan los futuros sacerdotes de nuestra arquidiócesis? Las cátedras, docentes y experiencias que tienen en el seminario ¿les permiten insertarse luego de una manera crítica y comprometida como pastores de un rebaño disperso y tibio?
    Por otro lado, creo que los laicos debemos aventurarnos más a la evangelización de la cultura, en el sentido amplio que esta idea tiene. En esto debemos aprender de nuestros hermanos evangélicos y la importancia que le dan en sus comunidades, por ejemplo, a la música y el arte.
    La valiente proposición de los obispos de “abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe” se queda, como vos decís, en una idea. Y hoy es hora de propuestas concretas de acción. Sería bueno tomar una por una las propuestas que hacés y analizar las maneras en que se pueden ir transformando.
    La verdad, me entusiasma a seguir pensando para la acción. Gracias. Saludos y Bendiciones a todos los que han publicado su comentario. Multipliquemos la inquietud!

  17. Padre: recién he podido ver su mail ya que, como sabrá, estamos muy ocupados en la restauración de nuestro Templo y preparándonos para las Fiestas Patronales.
    En mi opinión hay algo que subyase, tanto en el documento de los Obispos como en sus apreciaciones, pero que no sale a la superficie. Y es la deshumanización en la formación de los seminarios, congregaciones, movimientos laicales y escuelas de catequesis. Y de esto, creo, se desprende la incoherencia entre fe y vida.
    En mis 48 años he podido observar cómo se imparte una formación religiosa alejada de la vida humana. Por supuesto que hay honrosas excepciones. Pero en las actitudes de los sacerdotes, religiosos y laicos, podemos observar una disociación entre lo que predicamos y la forma como vivimos. Por eso cuando hablamos de predicar con el ejemplo, no tenemos idea de cómo hacerlo.
    No quiero abundar en palabras. Si hay algo que no se entienda, por favor, hágamelo saber.
    Elisa.

  18. Respecto a esto que compartís, hay dos cosas que siempre me preocuparon, ya está la disconforme me dirás jaja, creo que tengo ese perfil para muchos. De aparecida me quedo con varios puntos, entre ellos esos términos que dicen para mí, mucho: vengan y vean, vayan y hagan. HAGAN!!!! Quiénes? TODOS!! es así? Curas y laicos, sin querer sentirse más uno ni otro: JUNTOS!!!!!!!
    Y me quedo con dos de las cosas que vos planteas:
    1) la catequesis. pienso que en primer lugar hasta los catequistas deben reevangelizarse primero para saber qué tienen que "DAR" a los chicos, VIVIR lo que quieren dar, SENTIR, VIBRAR con la vivencia de Cristo en ellos mismos. Estoy con la catequesis prebautismal y sufro cada vez que termino los encuentros porque recibo gente que no tiene ni idea de lo que está haciendo con sus hijos y/o ahijados, no tienen idea qué es el Bautismo, qué significa ser bautizado y esto, pienso, viene desde la catequesis inicial, de niños y/o de adultos. No se puede exigir un poco más de preparación a los catequistas? tienen idea de lo que hacen? saben que tienen el mayor tesoro en sus manos? que están dando, no matemáticas ni lengua, sino a CRISTO MISMO? a veces me desespera pensar en esto, para colmo hay curas que llaman a catequistas al voleo, "si tenés ganas de emplear bien tu tiempo vení y da catequesis", de terror.
    2) los párrocos, LOS PARROCOS!!!!!!!!!!!!!!!!!! gran tema gran, y hablo esto por experiencia (parte de mi experiencia ya la conocés por eso me atrevo a hablar). Cada uno que llega piensa que es el primero y mejor, no les importa saber quién es quién, qué se hace, cómo se vive, .... hacen y deshacen a su gusto, sacan y ponen cosas -movimientos, personas, fiestas, etc etc- como se les canta. No tienen en cuenta para nada que son aves de paso y la comunidad es la que persiste, queda y continúa en su lugar.
    Padrecito, ojalá Aparecida dé realmente un empuje y nueva esperanza en la renovación de la Iglesia. Este año sacerdotal nos tiene que ayudar a todos porque los laicos nos hemos comprometido a rezar por Uds que mucho necesitan de la oración, así como uds. rezan por nosotros, no te parece?

  19. Creo que, de tantos comentarios... una cosa es absolutamente cierta: dio mucho para decir !!!

    Ojalá no nos quedemos en las palabras nomás......

    saludos!!!

  20. Bueno , hoy leí esto. Creo y supongo en su momento lo hice. Pero es un tema que ahora estamos trabajando con laicos............somos un poco lentos no??????????????????
    Bueno asi somos por eso la Iglesia que formamos tiene sus defectos , que en realidad son nuestros defectos.

  21. Padre muy interesante la propuesta de Aparecida,promover el dialogo, la participación, romper estructuras caducas, una renovación en el espíritu para saber "adaptar" el mensaje a la actualidad... pfff quiere empesar toda una revolucion (en el buen sentido de la palabra)

    A mi criterio falta un encuentro profundo un mensaje performativo; que sea algo mas que "mantener" una tradición heredada o una postura muchas veces moral respecto a ciertos temas; renovarse en la practica eclesial salir del bendito "siempre se hizo así".

    Faltaría "traducir" profundas reflexiones, a practicas cotidianas. Cuestión nuestra será la de espesar. Que el espíritu nos guíe. Bendiciones.

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