Jesús, un misterio cercano

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Los católicos creemos que SÓLO Jesús salva

Los católicos creemos firmemente que solo Jesús puede salvar y no hay nadie más fuera de Él que pueda brindar salvación. Los católicos tienen claridad sobre la importancia de la Virgen María en el plan de Dios y saben que ella no ocupa el lugar de Dios. En el video se menciona un episodio de Pedro y su declaración sobre Jesús como el único nombre dado por el cual se puede alcanzar la salvación. Se destacan varias citas bíblicas y se hace referencia al Catecismo de la Iglesia Católica.

Los católicos, tenemos una clara convicción de que solo Jesús puede salvar. Esta afirmación es de vital importancia para nosotros, ya que reconocemos que no hay nadie fuera de Jesús que tenga el poder de otorgar la salvación. Sin embargo, en ocasiones nos vemos confrontados con ciertas cuestiones planteadas por nuestros hermanos evangélicos, especialmente aquellos que recién se han convertido. Estos hermanos, al haber experimentado una conversión profunda, a menudo asumen que todos los católicos compartían su antigua tibieza y falta de conocimiento en cuestiones de fe.

Algunos de ellos, en su entusiasmo por su nuevo encuentro con Jesús, intentan equiparar la Iglesia Católica con sus propias y limitadas experiencias pasadas, creyendo que todos los católicos deben pensar y creer como ellos. Incluso llegan a citar la Biblia para intentar argumentar en contra de nuestra devoción a la Virgen María, la veneración de los santos y el uso de imágenes en nuestra fe.

Es importante que nosotros, como católicos, tengamos claridad en cuanto a la posición de la Virgen María en el plan de Dios. Si bien reconocemos su papel singular como madre de Jesús y madre de Dios, sabemos que ella misma no es la salvadora. La Virgen María no ocupa el lugar de Dios en nuestra fe, sino que es un sujeto teológico, una criatura que fue elegida por Dios para cumplir una misión única en la historia de la salvación. Reconocemos y veneramos a María como un ejemplo de virtud y santidad, pero siempre con la conciencia de que es Jesús quien nos salva.

Para respaldar esta convicción, podemos acudir a diversas citas bíblicas y enseñanzas del Catecismo de la Iglesia Católica. En el libro de los Hechos de los Apóstoles, encontramos el testimonio de Pedro ante el Sanedrín, donde afirma con firmeza que no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres por el cual podamos alcanzar la salvación que el de Jesús (Hechos 4,8-14). Pedro, lleno del Espíritu Santo, proclama que Jesús es la piedra angular rechazada por los constructores y enfatiza que no hay otro nombre capaz de salvar.

En el Evangelio de Juan, Jesús mismo declara: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí" (Juan 14,6). Estas palabras de Jesús nos revelan que es a través de él, y solo a través de él, que podemos alcanzar la salvación y la comunión con Dios.

El Catecismo de la Iglesia Católica también subraya esta verdad central de nuestra fe. En los números 432 y 434, se enfatiza que el nombre de Jesús significa la presencia salvadora del nombre de Dios en la persona de su Hijo. Es el nombre divino que trae la salvación al mundo, y solo a través de Jesús podemos ser redimidos de nuestros pecados.

Es esencial comprender que, si bien veneramos a la Virgen María y a los santos, no los consideramos como salvadores. La única persona capaz de otorgarnos la salvación y permitirnos gozar de la presencia de Dios y la plenitud de la vida eterna es Jesús. Repito: no hay otro nombre ni ninguna otra persona fuera de él que pueda salvarnos.

Es comprensible que los evangélicos, al ver nuestras prácticas de devoción mariana y la veneración de los santos, nos acusen de idolatría o de no leer la Biblia. Es que ellos ven sólo la apariencia. Sin embargo, como católicos, tenemos la certeza de que la Palabra de Dios no ocupa un segundo plano en nuestra Iglesia, y la figura de Jesús no está en segundo plano. Nuestra fe se centra en Jesús como el único Salvador, y todo lo que hacemos, incluyendo nuestra devoción a María y a los santos, está enmarcado en esa realidad central.

Es importante recordar que las Escrituras también nos advierten sobre los falsos ídolos y nos instan a buscar la salvación únicamente en Jesús. San Pablo, en su carta a los Gálatas, explica que no somos justificados por las obras de la Ley, sino por la fe en Jesucristo (Gálatas 2,15-21). La salvación es un regalo de Dios, y no se obtiene a través de nuestras propias obras, sino por la gracia de Jesús, quien murió y resucitó para redimirnos.

En resumen, como católicos, afirmamos con convicción que solo Jesús salva. Reconocemos y veneramos a la Virgen María y a los santos como modelos de santidad, pero siempre con la certeza de que es Jesús quien nos redime y nos concede la salvación. Nos apoyamos en las enseñanzas bíblicas y en el Catecismo de la Iglesia Católica para reafirmar esta verdad central de nuestra fe. Que esta convicción nos guíe en nuestra vida cristiana y nos ayude a profundizar en nuestra relación con Jesús, el único Salvador.

Según lo prometido, este curso es GRATIS. Pero puedes dejar tu colaboración para poder seguir brindando este servicio.

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