El 7 de octubre se clausuró el 3° Sínodo de la Arquidiócesis de Paraná. Un largo proceso de escucha a lo que “el Espíritu dice a las Iglesias” (Ap 2,7) quedó plasmado en las 101 propuestas para la renovación parroquial que se entregaron al Arzobispo para que las legisle. Si te interesa leer el documento, lo podés hacer desde este link.
Un acontecimiento que pasó prácticamente desapercibido. Pero que, desde el silencio de un proceso continúa, marcará la renovación de la Iglesia que camina en la Arquidiócesis de Paraná.
Como parte de la ceremonia de clausura, antes de participar en la Misa de Acción de Gracias, el Padre Mario Haller, como Secretario General del Sínodo, hizo una relación de todo lo que significó este proceso. Me permito compartirles el discurso para que puedan comprender el valor de lo vivido en estos últimos tres años. Sus palabras están en letras inclinadas (bastardillas). Me permití hacerle algún recorte al texto (los agradecimientos finales) y poner subtítulos para facilitar la lectura. Las negrillas son del autor.
La convocatoria del Pastor
En la homilía de la Misa crismal del año 2014, Mons. Puiggari expresó que: “hace mucho tiempo la Iglesia nos está exhortando a navegar mar adentro, a involucrarnos más intensamente en la Nueva Evangelización. Aparecida nos hizo redescubrir la belleza y grandeza de ser discípulos-misioneros y el desafío de una anhelada conversión pastoral de nuestras comunidades, para pasar de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera” y, citando al Papa Francisco, añadió: “En orden a que este impulso misionero sea cada vez más intenso, generoso y fecundo, exhorto también a cada Iglesia particular a entrar en un proceso decidido de discernimiento, purificación y reforma”.
Luego, concluyó: “confiando en la acción del Espíritu Santo, habiendo consultado al Consejo Presbiteral, he decidido convocar un Sínodo Arquidiocesano que se realizará durante el año 2015, al cumplirse 100 años del primer Sínodo Diocesano que se realizara en nuestra Iglesia local, convocado por Monseñor Abel Bazán y Bustos”.
Convocatoria realizada a la Iglesia arquidiocesana a entrar en este proceso sinodal, convocatoria después a sinodales concretos que libremente acogieron la invitación del obispo para colaborar con el discernimiento pastoral.
El tiempo es superior al espacio
Convocar un sínodo era ya un sueño del hoy Card. Karlic, entonces arzobispo de Paraná, sueño interrumpido por la realización en Paraná del COMLA VI-CAM I. Su sucesor, Mons. Maulión soñó con un Consejo Pastoral Arquidiocesano y para ello se hizo durante su episcopado un intenso trabajo que, aunque no maduró en el propósito inicial, dejó como fruto tres acentos pastorales: Familia, Parroquia y Formación. Providencialmente, el segundo de estos acentos se convirtió en el tema del III Sínodo convocado por Mons. Juan Alberto Puiggari y los otros dos acentos han sido dos cuestiones tratadas en dos sesiones sinodales del presente año.
Providencia divina, tradición apostólica, Iglesia paranaense que camina… Precisamente, bajo el bajo el lema “Memoria, presencia y profecía” y sobre el tema “En el contexto de la Nueva Evangelización, la Parroquia al servicio de una vida plena para todos” hemos caminado hasta aquí. Nos cabe el desafío de seguir caminando hacia adelante…
Es en el año 2012, en el Consejo presbiteral, organismo consultivo del Arzobispo para el gobierno de la arquidiócesis y representativo del presbiterio de la misma, cuando ya se habla de la posibilidad de un Sínodo Diocesano, recordando que un año apropiado podría ser el 2015, centenario del I Sínodo paranaense. El 1° de octubre del año 2013, cuando el Arzobispo pregunta a los miembros del Consejo si estarían de acuerdo con esa convocatoria y luego de la deliberación respectiva, “se hace la votación sobre el asunto consultado, con un resultado positivo por consenso”.
Un proceso que se pone en marcha lentamente
La convocatoria hecha en la mencionada Misa crismal, ha significado un arduo trabajo y ha involucrado muchas personas con este fin: la conformación de una comisión preparatoria, la elección de los sinodales, la realización de una consulta al Pueblo de Dios, la animación previa, las Asambleas Pastorales Parroquiales, la constitución de la Comisión Central, la proclamación de los Sinodales, la participación de muchos agentes de pastoral a través de diversas instancias: los Grupos sinodales de estudio, las otras Comisiones del Sínodo (Comisión arbitral, Comisión teológico-canónica, Comisión de Animación espiritual, Comisiones de Economía, Logística y Prensa), las Comisiones de Trabajo, las sesiones sinodales, etc.
En Pentecostés del año 2015, en la Eucaristía presidida por Mons. Puiggari y concelebrada por los dos Arzobispos eméritos: Card. Karlic y Mons. Maulión y presbíteros de la Iglesia paranaense con la presencia de la Asamblea sinodal y fieles en general se comenzó la fase sinodal. Luego, el Card. Karlic pronunció una conferencia aludiendo a este hecho en el Auditorio de la UCA.
Los trabajos sinodales
Las sesiones sinodales del año 2015 se realizaron en el Instituto Cristo Redentor los días 20 de junio, 11 de julio, 12 de septiembre, 27 de noviembre y 12 de diciembre y trataron las cinco primeras cuestiones, es decir Corresponsabilidad de los miembros de la comunidad en la renovación misionera de la parroquia, Parroquia e iniciación cristiana, La comunicación en la vida parroquial, Parroquia como comunidad eucarística y Parroquia como comunidad caritativa.
El sábado 12 de diciembre concluyó la primera parte de las sesiones sinodales y ese día se realizó el rito de Apertura de la Puerta Santa de la Misericordia en la Catedral, donde se celebró la Misa con la participación del aula sinodal y fieles de la ciudad y de la arquidiócesis.
El resto de las cuestiones (Parroquia y Familia, Parroquia y Pastoral de la juventud y vocacional, Parroquia y escuela católica, Parroquia y formación de agentes de pastoral y Renovación y/o conversión de los organismos de comunión y participación parroquiales en clave misionera) han sido tratado este año en las sesiones de los sábados 2 de abril, 7 de mayo, 4 de junio, 2 de julio y 6 de agosto. Los sábados 5 de marzo y 3 de septiembre hubo sesiones sólo para la votación del Esquema de Conclusiones.
La docilidad de la escucha
El tema general es el siguiente: “En el contexto de la Nueva Evangelización, la parroquia al servicio de una vida plena para todos”.
La primera cuestión ha sido la Corresponsabilidad de los miembros de la comunidad en la renovación misionera de la parroquia. Ha procurado la reflexión sobre la parroquia en el contexto de la nueva evangelización para llegar a todos los sectores de la misma, recuperando el espíritu misionero y procurando llegar a las periferias existenciales, sociales, y espirituales. La última cuestión –íntimamente vinculada con la primera-, ha tratado acerca de la Renovación y/o conversión de los organismos de comunión y participación parroquiales en clave misionera. Para eso ha invitado a revisar, evaluar y proyectar las estructuras para que permitan esa participación orgánica del Pueblo de Dios y la antes mencionada corresponsabilidad de los miembros de la comunidad parroquial en la renovación misionera de la parroquia.
La segunda, cuarta y quinta cuestiones han abordado –en una perspectiva amplia- los tres ministerios eclesiales.
Con un enfoque novedoso en cuanto a su mismo nombre, la segunda cuestión ha tratado la cuestión Parroquia e Iniciación cristiana. El tratamiento de esta cuestión ha implicado un análisis del tan antiguo y tan nuevo tema de cómo iniciar los nuevos cristianos al Misterio de Cristo y de la Iglesia. No se ha reducido a la reflexión sobre los aspectos catequísticos sino que ha considerado la unidad de la misma que también incluye los aspectos celebrativos y litúrgicos, siendo estos últimos los que introducen en sentido estricto al Misterio de Cristo y de la Iglesia, su Cuerpo. No ha sido indiferente al desafío de la necesidad de una continuidad activa de los niños, los adolescentes y los adultos después de haber sido iniciados, destacando también la intrínseca relación entre la IC y el ICP, es decir el Itinerario Catequístico Permanente. [La asamblea sinodal ha valorado también los lineamientos dados recientemente por la Junta de Catequesis de la Arquidiócesis.]
La parroquia como comunidad eucarística ha sido la cuarta cuestión reflexionando sobre la centralidad de la Eucaristía dominical, la pastoral sacramental, la oración personal y comunitaria y la piedad popular. Una cuestión, cuyo Esquema de Conclusiones es un verdadero programa de pastoral litúrgica.
La parroquia como comunidad caritativa ha sido la quinta cuestión y la última del año pasado. Ha tratado situaciones como el perfil de Caritas, las diversas periferias existenciales, especialmente los enfermos, la pastoral de las adicciones y el cuidado del medio ambiente.
La tercera cuestión ha sido La comunicación en la vida parroquial. Ha destacado la necesidad de una renovada comunicación ad intra y ad extra en cada comunidad. Además, como los Medios de comunicación son como un nuevo areópago de nuestra cultura se debe procurar el uso crítico, prudente y creativo de los mismos con el fin de evangelizar y en particular se ha hablado de los novísimos areópagos del espacio virtual y las redes sociales, auténticos creadores de cultura y también campo de aplicación de los criterios pastorales antes enunciados.
La Parroquia y su relación con la Familia, los jóvenes y su discernimiento vocacional y la Escuela Católica han sido las cuestiones sexta, séptima y octava, cuyo tratamiento se ha realizado este año. El tema de la familia ha sido enriquecido con los aportes de la exhortación pontificia con ocasión del Sínodo sobre la familia y ha propuesto cuestiones prácticas para llevar adelante esta pastoral, atendiendo también a las familias en crisis.
La pastoral juvenil ha sido la porción etaria privilegiada por las propuestas hechas como fruto de las asambleas parroquiales y es lógico ya que la juventud tiene la función dinamizadora de la vida eclesial. Además, se ha hablado de la pastoral vocacional, íntimamente vinculada a la anterior.
La octava cuestión ha considerado la necesidad de la integración de la escuela a la gran comunidad de la parroquia como parte de la obra total de la evangelización. Se ha procurado discernir el perfil de la escuela católica y el papel que tiene la comunidad parroquial, a través de sus propios organismos de comunión y participación, para evitar que se transformen en dos instituciones paralelas.
En noveno lugar se ha ubicado la cuestión acerca de la formación de los agentes pastorales, reflexionado sobre la conveniencia de avanzar en formas orgánicas parroquiales y diocesanas.
El resumen de lo expresado
Es posible que podamos decir –no como slogan ni tampoco como síntesis- sino más bien como un gran desafío: se requiere una parroquia evangelizadora, eucarística y misericordiosa, integradora de los carismas personales y grupales, profundamente creyente, celebrante y orante y comprometidamente misionera y en salida hacia las periferias espirituales, existenciales y sociales. Se requiere una comunidad, centrada en Cristo pero no cerrada, abierta pero no dispersa, precisamente porque desde ese eje, la persona de Cristo, cuya presencia eminente se encuentra en la Eucaristía, se hace capaz de salir al encuentro del otro en las distintas situaciones en que pueda encontrarse. Encuentro con el otro para anunciarle el Evangelii Gaudium, es decir la alegría del Evangelio, de la Buena Noticia que se identifica con una Persona: Jesucristo y más aún con su Pascua, victoria sobre el mal y la gran noticia capaz de orientar toda existencia humana hacia su destino eterno y llenarla de una esperanza imperecedera.
Y esto continúa en las parroquias
Hoy, cada sinodal ha recibido y cada parroquia recibirá un pequeño libro que contiene los Esquemas de Conclusiones, fruto de las sesiones sinodales con todo su trabajo previo y posterior.
Poco a poco hemos aprendido a “sinodiar”… Debemos continuar sinodiando, aunque sea de otro modo. A partir de hoy, comienza la fase post-sinodal. El Reglamento del Sínodo prevé el nombramiento de la Comisión post-sinodal expresándose en estos términos: “Concluido el Sínodo el Arzobispo nombrará una Comisión Post-sinodal constituida por peritos convocados de acuerdo a su propio criterio y que lo ayudarán en la consulta a las parroquias, la elaboración de la reglamentación y el seguimiento de la aplicación de las mismas” (art. n° 37). En consecuencia, la mencionada Comisión dará orientaciones precisas acerca de la continuidad post-sinodal y establecerá definitivamente el plazo para entregar el material que surja de las Asambleas parroquiales. Con posterioridad a la entrega del material proveniente de las parroquias, probablemente entre Pentecostés y la Solemnidad de Nuestra Señora del Rosario del año 2017, el Arzobispo procederá a la redacción final del documento con la legislación concomitante. Acerca de la Legislación, dice el Reglamento que “corresponde al Arzobispo, como único legislador de la Arquidiócesis de Paraná, oído el parecer del Consejo Presbiteral y asesorado por la Comisión Post-sinodal, publicar las conclusiones del Sínodo y promulgarlas a través de los decretos pertinentes” (art. n° 39).
El término de las sesiones sinodales ha sido, ciertamente un punto de llegada y se convierte en un punto de partida en esta nueva fase post-sinodal. Precisamente, un importante camino se ha recorrido; otra parte queda por recorrer. Tal vez haya que recordar las sabias palabras del P. Fariña cuando en una de las sesiones invitaba a procurar espacios para profundizar lo tratado durante las asambleas sinodales. Tal vez durante un quinquenio podríamos profundizar evaluando, impulsando, “encarnando” … El Sínodo nos ha enseñado que es necesario reunir las fuerzas y aunar los esfuerzos en la búsqueda de una pastoral orgánica. En consecuencia, este acontecimiento eclesial mientras se enmarca en el centenario del primer Sínodo quiere ser una “mirada” actualizada del caminar de la Iglesia arquidiocesana hoy y a su vez una proyección hacia adelante, procurando hacerla más lúcida, más disponible, más cercana…
101 propuestas de renovación pastoral
Si llegaste hasta aquí (y no lo visitaste antes) seguramente querrás conocer de que se tratan estas propuestas que van a ser valoradas en las comunidades parroquiales. Podés descargarlas desde este link.
De mi parte, simplemente quisiera decirte que mucha gente nos ha criticado en estos años que somos una Iglesia cerrada que no quiere ver los problemas ni buscar soluciones. Mientras esas críticas resonaban… los sinodales nos poníamos en las manos del Espíritu para crecer. El resultado de esa escucha han sido estas 101 propuestas. Y ahora… hay que seguir caminando para llevarlas a la práctica.