Hemos cumplido el primer ciclo de esta aventura que se llama Tercer Sínodo Arquidiocesano de Paraná. Este sábado 11 de julio la sesión fue completa: se votaron las conclusiones de la primera cuestión y se debatió, luego, la segunda. Agotadora jornada en lo físico pero refrescante en lo espiritual. No les voy a contar lo que se debatió en concreto, ya que lo que ocurre en el aula sinodal es reservado para los sinodales. Lo que se puede contar sobre el contenido es lo que informa la Oficina de Prensa. Pero si les puedo decir mis sensaciones y algunas anécdotas. De eso se trata lo que sigue.

De la neblina al sol

Salí con neblina de mi casa. No era tan espesa, así que se podía manejar con tranquilidad en la ciudad. Pero se les complicó la llegada a algunos que venían del interior y que, por eso, entraron un poco más tarde. Yo veía casi que normalmente. Eso sí, la claridad del sol que se estaba apareciendo le daba un aspecto un tanto mágico al amanecer.

Llegué, me metí a armar la mesita de recepción de las ponencias de los sinodales (que es mi tarea en el aula)… me preparé el mate… me inscribí yo en la mesa de entradas… abrí mi compu y… a recibir a los que se anotaban para hablar sobre la segunda cuestión, que era el tema del día (Parroquia e iniciación cristiana). Terminé en el momento en que comenzaba la oración. Luego imprimí cuatro copias de la lista. Y me senté al aula para participar ya como sinodal de la primera parte de la mañana.

Salí al patio recién en el primer recreo, cerca de las 11.00 hs. Y un sol radiante lo penetraba todo. De la neblina… ni rastros. La luz total nos invadía y alegraba orgánicamente nuestro corazón. La disfrutamos unos minutitos y… volvimos al aula.

En esos momentos me puse a pensar que ese cambio expresaba lo que estábamos viviendo como Iglesia. Porque durante la semana se suscitaron nubarrones eclesiales. Hay quienes los presentaron como nubarrones de tormenta… pero era apenas una neblina que no nos permitía ver bien el paisaje. Y comenzó la sesión sinodal… y se despejó la visión… y disfrutamos de un precioso sol que todo lo dominaba… y era el Señor que parecía decirnos: “no teman, yo estoy con ustedes, no los dejo solos”. Y caminamos un bello día eclesial, lleno de la esperanza de hacer presente el Reino de Dios con nuestras palabras y nuestras obras de creyentes. Si: más allá de la neblinas, ¡el sol siempre está!!!

Discreción no es secretismo

Hay gente que se disgustó por dos cosas. Primero que se conozca el texto del Instrumento de Trabajo pero que no se publicite el texto del Esquema de Conclusiones. Lo otro es que no se difundan las ponencias y mociones que los sinodales expresan en el aula. En realidad, las dos cuestiones tienen que ver con el mismo tema: ser discretos en lo que se difunde es dar más libertad al que habla.

Todo el Sínodo está pensado, porque así nos lo pidió expresamente nuestro Arzobispo, como un gran proceso de comunión y participación de todo el Pueblo de Dios. Cada uno a su tiempo y a su propia manera. Está todo diagramado para que nos expresemos y participemos (ya lo expliqué en su momento, lo pueden recordar en este link). Por eso se multiplicaron las formas y espacios de participación.

El momento central de todo el proceso es el debate que se da en el aula. Parte del Instrumento de Trabajo (que es público) y finaliza con las Conclusiones (que también serán públicas). Entre una y otra instancia se sitúa dicho debate. Para permitir que no se creen falsas expectativas o se difundan cuestiones parciales, los sinodales se pueden expresar con toda libertad dentro del aula, pero no comunican hacia afuera lo que allí se dice. ¿Secretismo? No. Simplemente discreción. Para llegar a las conclusiones de la primera cuestión (que todavía no etán terminadas) participaron más de cincuenta sinodales con su voz. Si damos a conocer lo que dijeron uno o dos… callamos la opinión del resto. Si damos a conocer la voz de uno o dos sinodales… adelantamos lo que tal vez no esté en las conclusiones finales simplemente porque no se vota por el resto para que entre allí o porqué fue redactado de otra manera. Por eso, por respeto a todos los que tienen el ministerio de sinodal, es que no se publica lo que allí ocurre.

Ahora bien, sin traicionar este espíritu, les puedo contar que hay una muy buena participación de los sinodales. Que se exponen distintos matices del tema que se está tratando. Incluso que se proponen puntos de vistas distintos sobre una misma cuestión, lo cual genera debate.

Ayer se votó el primer esquema de conclusiones. Pero todavía no son públicas porque se pidieron modificaciones al texto y se votarán en la próxima sesión. Ese es el espíritu de libertad y de seriedad con el cual se están haciendo las cosas. Y le doy gracias al Señor por ese clima precioso de discernimiento comunitario que vivimos.

Los compartires másticos

Salir al solcito para despejar la cabeza. Y encontrarte con la posibilidad de tomarte un café o un té. Pero también renovar la yerba y subir nuevamente al aula con el agua caliente para una nueva tanda de mates. Y, al mediodía, la viandita que tiene la medida justa: ni mucha para que no te baje sueño ni poca para que no te chifle la pancita.

Los pequeños detalles másticos fueron previstos por el Padre Mario Taborda y sus colaboradores de la comisión económica. En el álbum de fotos que les compartí en la página del Face Sinodeando disfrutarán las cosas que se vivieron en este momento (también dos fotitos de Mario contando la plata para pagar las cuentas… porque esto también nos cuesta dinero y lo pagamos entre todos). Entren desde este link… y de paso le dan un me gusta a la página así me ayudan a difundirla (no a las fotos, bueno… también a cada foto en particular también si les gusta).

Pero… la comida, algo típico de nosotros los argentinos, es también una excusa para hablar. Cuando recorría para sacar las fotos también escuchaba las conversaciones: que viste lo que dijo… que no me pareció bien tal cosa… que estoy de acuerdo con esto otro… que esperaba que dijera tal cosa y no lo dijo bien… que… Es que en el patio seguimos sinodiando. Porque sinodiar es buscar juntos lo mejor para la vida de la Iglesia. Y eso se hace en el debate y el discernimiento.

En algún momento alguien se acercó y me dijo: me gustó tu ponencia en el aula, ¿me la podrías pasar? Otro me dijo después, al finalizar todo: viste como lo que dijiste se repitió por parte de varios… Y si… estamos Sinodiando con lo que decimos en el aula y con nuestros compartires fuera del aula. Ah... ne les digo de que se trató mi ponencia por eso de la discresión de que hablé antes. 😉

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4 COMENTARIOS

  1. Agrego algo más:Tanta discreción,tanto secreto...Parece que se ocultaran envidias y celos,intereses...(Expresiondes del Papa Francisco).Similar a cuando no se cansa de
    recomendar:"Iglesia de puertas abiertas".

  2. Estimada Elda... parece que no entendiste nada... ni de lo que dije sobre el sínodo ni de lo que dice el Papa Francisco... en fin... seguí participando. Bendiciones.

  3. Araceli: Todo debate de ideas trae turbulencias, sin embargo resulta muy productiva para todos, sobre todo si estan guiadas por el Espiritu Santo. Espero recibir las conclusiones que sin lugar a dudas seran trascendentes. Alabado sea el Señor

  4. seguro Elda en su Parroquia no hay sinodales,si sabe quienes son pregunteles de que se trata el sínodo

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