La función profética dentro de la Iglesia Católica es un aspecto fundamental de la identidad y misión de todos los bautizados. Esto implica mucho más que predecir eventos futuros.
Un profeta es alguien que habla en nombre de Dios. Este papel implica tener la Palabra de Dios en el corazón, custodiarla y compartirla con los demás.
La función profética de Cristo
Todos los bautizados participamos de la función profética de Cristo. Al ser bautizados, nos configuramos en Cristo y, por lo tanto, compartimos su misión profética de proclamar la verdad y el amor de Dios al mundo.
Es el Espíritu Santo quien nos capacita a los fieles para comprender y comunicar la verdad revelada. La unción del Espíritu Santo nos garantiza que los creyentes no errarán en las verdades de fe, lo cual es expresado en el "sentido sobrenatural de la fe", que es la capacidad de creer sin error en lo revelado por Dios.
Vivir la función profética
Esto implica varias responsabilidades y actitudes concretas dentro de la comunidad cristiana. Partimos de cultivar una relación íntima con la Palabra de Dios a través de la oración y el estudio de las Escrituras. Esto no solo fortalece la fe personal, sino que también prepara a los creyentes para transmitir con fidelidad la enseñanza de Cristo.
Además, la función profética implica compartir la fe con valentía y amor, especialmente en un mundo que a menudo es indiferente o hostil a los valores evangélicos. Los profetas cristianos son llamados a ser testigos de la verdad con sus palabras y acciones, buscando siempre la edificación y la unidad de la comunidad eclesial.
La dimensión comunitaria
La función profética no se limita a una experiencia individual, sino que se vive y se ejerce en comunidad. La Iglesia, como Cuerpo de Cristo, es el contexto donde los dones proféticos se manifiestan y se desarrollan para el bien común. La participación activa en la vida de la Iglesia, la apertura al discernimiento comunitario y la disposición para aprender de la enseñanza magisterial son aspectos clave para vivir la función profética de manera auténtica y fructífera.