Qué es la Iglesia

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3.- La relación entre la Iglesia y el Reino de Dios

La relación entre la Iglesia y el Reino de Dios es un tema que requiere una comprensión profunda y reflexiva para captar su esencia y significado. La Iglesia no puede ser entendida en su totalidad sin considerar su vínculo con el Reino de Dios, ya que ambas realidades están intrínsecamente conectadas en la misión de Jesucristo y en la revelación divina.

La Iglesia como misterio fundado por Cristo

La Iglesia es un misterio que se revela a través de la luz de Dios. Por eso no es algo que pueda ser comprendido del todo desde una perspectiva meramente humana sino que requiere una visión espiritual y teológica.

La Iglesia fue fundada por Jesucristo, quien inició su misión en la tierra predicando la Buena Nueva del Reino de Dios. Según Marcos (1,15) y Mateo (4,17), Jesús proclamó: “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca”. Proclamación es fundamental para entender que la Iglesia nace en el contexto de la predicación del Reino.

La Iglesia tiene sus raíces en la predicación pública de Jesús, su vida, muerte, y resurrección, así como en la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés. Esta efusión, descrita en los Hechos de los Apóstoles, marca el inicio visible de la misión de la Iglesia en el mundo.

Así, la Iglesia es vista como el Reino de Cristo presente en misterio, creciendo visiblemente por el poder de Dios.

El Reino de Dios es una realidad espiritual y trinitaria

El Reino de Dios no es un lugar físico o un territorio geográfico. Es una realidad espiritual que se centra en la relación con la Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Este Reino se manifiesta en la persona de Jesucristo, quien es el Ungido, el Mesías prometido, y se realiza plenamente en su obediencia al Padre y en la redención que ofrece a la humanidad.

Para entender el Reino de Dios, es útil pensar en términos del "reinado de Dios" en lugar de un "Reino de Dios" (como lugar). Esta perspectiva ayuda a centrar la comprensión en la soberanía y acción divina en el mundo.

El Reino de Dios es una invitación a entrar en una relación profunda y transformadora con Dios, a través de Jesucristo, en el poder del Espíritu Santo.

La Iglesia como manifestación del Reino

La Iglesia, en su misión y vida, es una manifestación del Reino de Dios en el mundo. Según la Lumen Gentium, es el germen y el principio del Reino de Dios en la tierra. Este documento destaca que tiene la misión de anunciar el Reino de Cristo y de Dios, y de instaurarlo en todos los pueblos, siendo la comunidad de los creyentes el primer fruto visible de este Reino.

Por eso es llamada a ser un fermento de renovación y transformación en la sociedad, actuando como alma de la comunidad humana, inspirada por los valores evangélicos.

Esta misión implica, no solo una proclamación verbal del Reino, sino también una vivencia auténtica de los valores del Reino en la vida cotidiana. La Iglesia, a través de sus miembros, es testigo del amor, la justicia, la paz y la solidaridad que caracterizan el Reino de Dios.

La dinámica del Reino y la Iglesia en la historia

El Reino de Dios y la Iglesia no son realidades estáticas, sino que están en constante dinamismo y crecimiento. La Iglesia, mientras avanza en la historia, anhela la plenitud del Reino y trabaja incansablemente para su realización completa.

Esta tensión entre el "ya" y el "todavía no" del Reino es una característica fundamental de la escatología cristiana. La Iglesia vive en la esperanza de la venida final de Cristo y la consumación del Reino de Dios, cuando Dios será “todo en todos”, como dice San Pablo en 1 Cor 15,28.

Este dinamismo se refleja también en la misión evangelizadora de la Iglesia: es servir al Reino mediante el anuncio que llama a la conversión; la fundación de comunidades de fe; la difusión de los valores evangélicos y la intercesión.

Así la Iglesia no puede ser entendida sólo como una institución, sino como una comunidad viva y dinámica que participa en la misión redentora de Cristo.

Una interrelación para comprender

La relación entre la Iglesia y el Reino de Dios es compleja y multifacética. La Iglesia es, en cierto sentido, el Reino de Cristo presente en misterio, visible en el mundo, y en proceso de realización plena. Al mismo tiempo, el Reino de Dios es una realidad más amplia que abarca toda la acción de Dios en la historia y en la creación.

La Iglesia es la comunidad de los creyentes que, guiados por el Espíritu Santo, viven y promueven los valores del Reino. Este Reino no es un lugar físico, sino la presencia viva y activa de Dios en el mundo, invitando a todos a una relación transformadora con Él. Así, la Iglesia y el Reino de Dios están identificados en su misión y destino final, pero se diferencian en su manifestación temporal y en la plenitud que está por venir.