Este misterio que es la Iglesia, se revela y comprende mejor a través de las imágenes y parábolas bíblicas. Este enfoque permite a los creyentes apreciar la profundidad de lo que significa ser parte de la Iglesia.
Por qué se usan imágenes bíblicas
La Iglesia se describe como un misterio que se entiende a la luz de Dios. La revelación divina utiliza imágenes para ayudarnos a entender quién es Dios y cómo actúa.
De la misma manera, estas imágenes ayudan a comprender la Iglesia. Ya que Dios es un misterio que no podemos comprender plenamente con la razón humana, las imágenes y parábolas se convierten en herramientas esenciales para esta intuición.
La imagen del Buen Pastor
Una de las imágenes más potentes utilizadas para describir la Iglesia es la del rebaño del buen pastor. En el capítulo 10 del Evangelio de Juan, Jesús se identifica como el buen pastor que da su vida por sus ovejas. Esta imagen nos muestra a Cristo como el protector y guía de su comunidad, ofreciendo seguridad y cuidado a sus seguidores.
El redil, o corral, donde las ovejas encuentran refugio, simboliza la Iglesia como un lugar de protección contra los peligros espirituales. Es el ámbito donde los fieles encuentran seguridad bajo la guía amorosa de Cristo. Esta protección no solo es física, sino también espiritual, ya que nos cuida y guía hacia la salvación.
La Iglesia como Campo de Dios
San Pablo utiliza otra imagen muy linda al describir la Iglesia de esta manera. En 1 Cor 3,9, dice: "ustedes son el campo de Dios". Así es vista como un espacio que debe ser cultivado para producir frutos espirituales. Este campo no solo requiere trabajo y cuidado, sino también la cooperación de los creyentes para que dé frutos abundantes.
La metáfora del campo también resalta la idea de crecimiento y desarrollo espiritual. Así como un agricultor trabaja la tierra para que produzca cosechas, los creyentes deben trabajar en su vida espiritual y en la comunidad para que la Iglesia prospere y dé frutos que agraden a Dios.
La Iglesia como Edificio Espiritual
Además de ser un campo, la Iglesia es también descrita por Pablo como un edificio espiritual. En 1 Cor 3,9-13 Pablo se presenta como un arquitecto que puso los cimientos de este edificio, que es Cristo. Los creyentes somos las piedras vivas de este edificio.
Esta imagen del edificio espiritual subraya la importancia de cada miembro de la Iglesia y su contribución al todo. Cada creyente es una piedra viva (1 Pe )que, unida a otras, forma la estructura de la Iglesia. Cristo, siendo la piedra angular, es el fundamento sobre el cual se construye todo el edificio. Esta construcción no es estática, sino dinámica, ya que cada generación de creyentes contribuye al crecimiento y desarrollo de la Iglesia.
La Iglesia como la Jerusalén Celestial
Otra imagen significativa es la de la Iglesia como la Jerusalén celestial. En Gal 4,26 Pablo habla de la Jerusalén de arriba, que es libre y es nuestra madre. Esta imagen contrasta con la Jerusalén terrenal, representando una realidad celestial y espiritual que trasciende lo mundano.
La Jerusalén celestial simboliza la meta final de la peregrinación espiritual de la Iglesia. No es solo un lugar, sino una condición espiritual de comunión perfecta con Dios. La Iglesia, en su esencia, es una comunidad que camina hacia esta meta celestial, buscando vivir en la presencia de Dios y en comunión con Él.
La Iglesia como la Esposa de Cristo
También la Iglesia es descrita como la esposa de Cristo. Esta imagen resalta la relación íntima y amorosa entre Cristo y su Iglesia. En Ef 5,25-27 Pablo dice que Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella para santificarla, purificándola con el agua y la palabra, para presentársela a sí mismo como una comunidad radiante, sin mancha ni arruga.
Esta imagen matrimonial enfatiza la pureza, la santidad y la dedicación mutua entre Cristo y la Iglesia. La Iglesia, como esposa de Cristo, es llamada a ser fiel y pura, reflejando la santidad y el amor de Cristo en su vida comunitaria y en sus acciones.
El mensaje de estas imágenes bíblicas
Estas imágenes nos ayudan a comprender la naturaleza multifacética de la Iglesia: como un lugar de protección y guía bajo el buen pastor, un campo que requiere cultivo y da frutos, un edificio espiritual construido sobre el fundamento de Cristo, una Jerusalén celestial que apunta a nuestra meta última, y una esposa que vive en una relación íntima y amorosa con Cristo.