“Los signos del zodíaco son doce: aries, tauro, géminis, cáncer, leo, virgo, libra, escorpio, sagitario, capricornio, acuario y piscis... ¿cuál es el tuyo?”. Es una de las charlas más frecuentes que muchos católicos tienen. Otros se escandalizan al escuchar esta pregunta.
¿Entonces? Si estás interesado en el Horóscopo Gratis para el 2023 leé la primera parte de este largo artículo. Allí encontrárás lo que las "estrellas" te tienen deparado para este año 2023 (de eso se trata el horóscopo comercial... ¿no?). Claro que... te advierto desde entrada... será con el particular toque del Padre Fabián.
Si, además de leer tu horóscopo, quieres echar algo de luz sobre la cuestión, entonces el resto del artículo es pura información para vos. Es para tus necesidades de responder evangelizando sobre el horóscopo a tus amigos y familiares. Hay tres relatos ficticios que plantean distintas dimensiones del tema y, luego, distintas explicaciones para que entiendas más este tema. Es largo... pero vale la pena.

Horóscopo del Padre Fabián
Con todo esto, ahora si les voy a dar mi horóscopo gratis 2023. Hagan click en su signo del zodíaco y encontrarán predicciones que parten de una aventura de recuerdos y libertades desatadas. Luego de cada signo están las fechas (día/mes) a los cuales “pertenece” cada persona por su nacimiento.
Horóscopo aries 2023 (21/3 - 20/4)
Horóscopo tauro 2023 (21/4 - 20/5)
Horóscopo géminis 2023 (21/5 - 20/6)
Horóscopo cáncer 2023 (21/6 - 20/7)
Horóscopo leo 2023 (21/7 - 21/8)
Horóscopo virgo 2023 (22/8 - 22/9)
Horóscopo libra 2023 (23/9 - 22/10)
Horóscopo escorpio 2023 (23/10 - 22/11)
Horóscopo sagitario 2023 (23/11 - 20/12)
Horóscopo capricornio 2023 (21/12 - 19/1)
Horóscopo acuario 2023 (20/1 - 18/2)
Horóscopo piscis 2023 (19/2 - 20/3)
¿Sorprendido? Espero que para bien. Puede ser que la "predicción" de este "horoscopogratis" sea para vos. O para alguien cercano a vos. En este último caso, no dudes en compartírselo en su red favorita: el bien es difusivo.
Si estás de acuerdo con tu predicción, ahora te paso unos datos más. Seguro te pueden interesar para saber más sobre este tema del horóscopo. También versan sobre la diferencia entre astrología y astronomía. Pero, antes, tres historias "de vida".

Cornelio Segobia, el "católico" supersticioso
– Tenga en cuenta que hay doce signos en el zodíaco: aries, tauro, géminis, cáncer, leo, virgo, libra, escorpio, sagitario, capricornio, acuario y piscis. Con ellos se hacen el horóscopo 2023 y las predicciones 2023. Es cosa seria…
Me espetó don Cornelio Segobia, medio mosqueado por el tinto que nos habíamos bajado en el bar “La Resfalosa”. Y, como quién entiende mucho del tema, me siguió adoctrinando:
– Aunque usted no lo crea, está científicamente comprobado que somos parte del cosmos y todas las cosas que pasan ayá arriba nos influyen…
– ¿Dónde allá?
– Ayá, con todos los astros que pululan en el infinito conjunto de estrellas que circulan con la confianza de una gayina en el patio de la casa… ¡Guarda!
En eso me toma del brazo y me baja de la vereda para que no pase por debajo de la escalera que estaba apoyada al frente de la casa de la Euclídes Sosa.
– Ajá… si, claro.
– Si, constelaciones de estreyas que se ven invadidas por los planetas y la luna… porque la luna también los invade… y por eso las constelaciones se ponen bravas… y nos mandan tal o cual suerte… pero no pa’ todos igual…
– Claro, no es PARA todos igual, dependen de la parte del planeta tierra dónde nos toca vivir.
– No, mi amigo, está muy equivocao, se ve que usté no ha estudiao estas cosas. No depende del lugar del mundo sino de la fecha del nacimiento. Los horóscopos chinos dicen que tiene que ver con el año. Pero la cencia nos dice que, más allá del año, el día en que viste la luz por primera vez nos marca el destino. Después se meten las estreyas y los planetas y nos despelotan la existencia. Menos mal que estos científicos las estudian y nos dicen lo que nos va a pasar a cada uno… si hasta libros escriben sobre el tema todos los años…
– Ah, entonces eso de la libertad se ve seriamente comprometido por culpa de los astros solares lejanos, confabulados por su poderío celestial frente a la pelusa que somos nosotros…
– Bueno, estos científicos nos dicen que somos libres pero que no tanto… que las cosas están escritas pero no tanto… si les preguntan eso es lo que dicen… eyos saben cono son las cosas…
– Mire, le explico: la astronomía es una ciencia y se estudia en universidades. La astrología, que es a lo que usted se refiere, ni es ciencia, ni se estudia en ningún lugar serio. Puras charlatanerías de gente que no se pone de acuerdo con lo que dice, como ya dije alguna vez…
Lo miro y noto algo sobre su hombro.
– Parece que tiene caspa, compadre.
– ¿Eh?
– Que tiene el hombro lleno de caspa.
– Ah, no (me dice luego de mirarse), es un poco de sal…
– ¿Sal?!!
– Si, es que ayer 29, cuando estaba poniendo el biyete debajo de los ñoquis sin querer voltié el salero. Y dicen que hay que echarse un poquito por encima del hombro pa’ que no le traiga mala suerte…
– Horóscopo, ñoquis del 29, escaleras, sal… me parece que usted es algo supersticioso don Cornelio.
– No, que va. Precavido. Las desgracias se anuncian.
– Disculpe la pregunta, ¿es usted católico?
– ¿Por qué pregunta? Claro que sí. Voy a Misa cada vez que la patrona me arrincona, y tengo a la Virgencita en la pared y… agua bendita también.
– Le digo porque parte de su fe es creer en un Dios que lo ama y murió y resucitó por usted para que sea libre de todo trono, dominación y potestad celeste…
– No sé porque me meto a discutir con gente ignorante de las cosas de la cencia. Yo soy libre y hago lo que se me canta, las estreyas y las cosas me advierten, nada más, pero yo soy libre de hacer lo que quiera.
Y me dejó solo. Se fue bastante molesto. Yo aminoré el tranco como para dejar que se aleje. Como a los cincuenta metros veo que se para y da la media vuelta. Al acercarse le digo con sorna:
– ¿Qué pasa? ¿Se olvidó de decirme algo?
– No. Se me cruzó un gato negro y me di la media vuelta pa’ que no me agarre la mala suerte.
Y me dejó parado, mirando cómo se perdía en la noche del pueblo.
Como verán, yo sí creo en el Señor Providente que me hace libre. Por eso no me guío por los horóscopos ni uso amuletos ni pachichíes.

Cipriano abrazado por el hado
– El hado es una diosa que nos envuelve con sus doce brazos. Estos se hacen corpóreos cada mes con un signo astrológico: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis…
Cipriano Reynoso levantó el dedo índice derecho con intenciones de seguir su cátedra espontánea en la noche fresca de la primavera que huye por las sendas al encuentro del veraniego calor rimbombante. Las tres cervezas que se había bajado en el Bar “La Resfalosa” le daban argumentos cuasifilosóficos y una entereza moral para desasnar a su amigo Gaunerio Gutierrez en una peripatética tertulia.
– Ahh… los signos del zoodíaco con el cual se hacen las predicciones 2023…
El Cipriano, con una mirada tierna (no se sabe si de compasión o de puro mamao nomás) lo corrige.
– Se le fue una “o” de más, mi amigo. Esto no tiene que ver con los animales del zoológico
– Claro, claro…
Esto le da pie al Cipriano para repetir de memoria…
– Es zodíaco. Para ser más exactos, el diccionario dice que es la zona o faja celeste por el centro de la cual pasa la Eclíptica. Tiene de 16 a 18 grados de ancho total; indica el espacio en que se contienen los planetas que solo se apartan de la Eclíptica unos 8 grados y comprende los 12 signos, casas o constelaciones que recorre el Sol en su curso anual aparente. Son los brazos con que abraza nuestro destino, a saber, Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.
Entre tanto desparrame de saber etílico, el Gaunerio quiere profundizar las razones del compadre.
– Entonces… digo… ¿de ahí vienen las predicciones 2023?
– No exactamente. El horóscopo 2023 es una predicción basada en la posición de los astros, con los cuales se hace una carta basada en cálculos matemáticos. Pero esa es una derivación directa del tema.
– ¿Entonces?
– Lo mío es más profundo. Le hablo del hado que con sus doce brazos nos abraza condicionando nuestro existir y llevándonos a obrar de determinada manera.
- Ah…
– Claro… fíjese. Le explico con un ejemplo. Yo no estaría dando esta peripatética enseñanza si el hado no me hubiese abrazado y conducido a “La Resfalosa”. Las cervezas que me tomé, además de inspirarme un profundo erupto, me hacen derramar mi saber con usted, don Gaunerio. Es el hado que nos conduce y hace lo que quiere con nosotros, incluso lo que nunca queremos hacer.
Gaunerio se rasca la cabeza como buscando entender. Hay cosas que le van contra su sentido común…
– Dejeme ver si entiendo, don Cipriano. Ese dichoso hado es como una fuerza misteriosa que obra dentro de nosotros…
– Claro.
– Incluso, a pesar de nosotros.
– Va bien encaminado.
– O sea que no somos libres.
– Claro, parece que somos libres pero no lo somos para nada… tenemos nuestro destino marcado…
– Y, entonces, debemos descubrir ese destino consultando las estrellas porque ellas nos dicen que nos va a pasar en la salud, el dinero y el amor.
– Veo que ha entendido correctamente, mi amigo.
– Que quiere que le diga don Cipriano… o usted está muy mamado y no sabe lo que dice… o no quiere hacerse cargo de su vida y entonces le echa la culpa a su falta de libertad por culpa de ese “misterioso” hado…
No se sabe si fue una brisa fresca o las palabras del Gaunerio, pero Cipriano se quedó callado. Su mirada fija en el camino… sus pensamientos en algunas cosas que le venían a la mente y qué él siempre le achacó que le pasaban pero el no era responsable… Es que su teoría del hado y los signos del zodíaco se le iban al carajo. El problema era ahora su libertad y el tener que hacerse cargo de sus propios actos libres… pero ese es otro tema… para otro momento.

El problema de la libertad de Mabel
– Los signos del zodíaco son doce: aries, tauro, géminis, cáncer, leo, virgo, libra, escorpio, sagitario, capricornio, acuario y piscis. ¿Cuál es el tuyo?
La pregunta de Mabel me sacó del leve sopor que el mediodía en la oficina me estaba produciendo. Algo amodorrado todavía sólo atino a preguntarle:
– Perdón… ¿qué me decías?
Ella me mira y vuelve a mirar la página de su revista. Pero cuando quiere repetirme la inquisición entra un cliente con un reclamo. Y se va derechito a su escritorio con cara de pocos amigos. Con mucha sorna le pregunté:
– ¿Decía algo de eso tu horóscopo de hoy?
– No entendés nada, me espetó. Ya te explico después de atender al señor.
Luego de resolver la situación Mabel fija nuevamente su mirada en mi persona.
– ¿Qué estás haciendo? (Me pregunta).
– Nada. Sólo consulto mi horóscopo. (Le dije mirando mi reloj.) Quiero que me prediga cuanto falta para cerrar e irme a mi casa.
Suelta la carcajada estrepitosa que la caracteriza y me dice:
– El horóscopo significa mirar la hora pero no la del reloj sino la que te marcan las estrellas de acuerdo a la hora, día, mes y año en que naciste. Eso hace que pertenezcas a un signo del zodíaco. Vos… ¿a cuál pertenecés?
– Mirá, sé de qué estás hablando, pero yo no creo en esas cosas. Yo soy católico y solamente creo en el poder de Dios y en su Gracia que me hace libre.
– Yo también soy católica, así que no me vengas con pavadas. Yo creo en Dios pero también en el poder de las estrellas que fueron creadas por Dios para que nos guíen.
La miré detenidamente, volví a mirar la hora, pensé en que hacía calor y estaba apachorrado… pero no podía dejar pasar eso.
– Me parece que no conocés lo suficiente tu fe. No digo que no te diviertas leyendo lo que alguien escriba en la revista sobre lo que te va a pasar hoy o el año que viene. Si lo hacés por diversión no hay problema. Pero si a eso lo ponés el corazón y tu confianza… estás muy errada. Y si, más allá de entretenerte con el texto, pensás de verdad que las estrellas marcan tu destino vas a tener que hacer una opción: o ellas o la cruz de Cristo.
– Che, siempre vos el mismo fanático en cosas de religión.
– No es fanatismo. Simplemente es coherencia. Y conocer algo del catecismo. Mirá lo que dice la Palabra (saqué del cajón mi Biblia y le leí este trozo: Gal 4, 3-10):
“Así también nosotros, cuando éramos menores de edad, estábamos sometidos a los elementos del mundo. Pero cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos. Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo» ¡Abba!, es decir, ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios. Antes, cuando ustedes no conocían a Dios, estaban al servicio de dioses que no lo son realmente. Pero ahora, que conocen a Dios -o mejor dicho, que son conocidos por él- ¿cómo es posible que se vuelvan otra vez a esos elementos sin fuerza ni valor, para someterse nuevamente a ellos? ¡Observar los días, los meses, las estaciones y los años!”
– ¿Te das cuenta? O estamos sometidos a los elementos de este mundo, con sus días, meses, estaciones y años, o tenemos el Espíritu de Jesús Resucitado que nos hace hijos. La opción es clara: o esclavos de los horóscopos o libres en Jesús para enfrentar nuestra vida en el día a día con responsabilidad propia.
– ¡No hay caso! ¡Siempre el mismo fanático, vos! (Fue su única respuesta antes de sumergirse nuevamente en la lectura de su revista… ella… muy “liberada”…).
Las constelaciones estelares en la astronomía
Mirar hacia el cielo para maravillarse e inveestigar sobre cómo está organizado es una costumbre típicamente humana. En esta foto, tomada en el Machu Pichu, podemos ver dos bandejas que se suponen (así dicen los guías del lugar) tenían agua y eran para estudiar el movimiento y la posición de las estrellas. Lo cual nos dice que la preocupación por los astros y sus movimientos estelares pertenece a todos los tiempos y lugares a lo largo de la historia humana. Algo de eso hablamos en este artículo sobre el horóscopo inca ("que usaban ellos").
Es así que los sabios observadores del firmamento organizaron las estrellas de acuerdo a las figuras que le sugerían la unión imaginaria entre varias cercanas. En este artículo de la Wikipedia podemos enterarnos de las muchas organizaciones que se hicieron.
Les comparto algunas, para que las conozcamos y sepamos que existen… más allá de las 12 constelaciones del zodíaco (que son las que conocemos por el horóscopo) a las cuales hacíamos referencia más arriba.
Ptolomeo, en su libro “Almagesto”, a las 12 archiconocidas por todos, les sumaba otras 36:
Andromeda (la princesa); Aquila (el águila); Ara (el altar); Argo Navis (la nave Argo); Auriga (el cochero); Bootes (el pastor de bueyes); Canis Major (el perro mayor); Canis Minor (el perro menor); Cassiopeia (la reina); Centaurus (el centauro).
Cepheus (el rey); Cetus (la ballena); Corona Australis (la corona austral o del sur); Corona Borealis (la corona boreal o del norte); Corvus (el cuervo); Cráter (la copa); Cygnus (el cisne); Delphinus (el delfín); Draco (el dragón); Equuleus (el caballo pequeño); Eridanus (el río Erídano).
Hercules (el héroe); Hidra (la serpiente de mar); Lepus (la liebre); Lupus (el lobo); Lyra (la lira); Ophiuchus (el portador de la serpiente); Orión (el cazador); Pegasus (el caballo alado); Perseus (otro héroe); Piscis Austrinus (el pez austral o del sur).
Sagitta (la flecha); Serpens (la serpiente); Triangulum (el triángulo) Ursa Major (la osa mayor) y Ursa Minor (la osa menor).
Por su parte, un abad, astrónomo y matemático francés, Nicolas Louis de Lacaille, a mediados de 1700 "organizó" las estrellas del hemisferio sur. Por eso agrega estas constelaciones:
Antlia (la máquina neumática); Circinus (el compás); Caelum (el buril); Fornax (el horno); Horologium (el reloj); Mensa (la mesa); Microscopium (el microscopio); Norma (la regla); Octans (el octante).
Pictor (la paleta del pintor); Reticulum (la retícula); Sculptor (el taller del escultor); Telescopium (el telescopio); Carina (la quilla); Puppis (la popa); Vela (la vela) y Pyxis (la brújula).
Otras constelaciones para el "horóscopo"
Ahora bién, hay muchas constelaciones más. Incluso muchas otras que cayeron en desuso con el transcurso del tiempo, como lo pueden leer en el artículo de que les citaba más arriba. Por eso, desde el año 1928, la Unión Astronómica Internacional decidió reagrupar oficialmente la esfera celeste en “sólo” 88 constelaciones.
¿Qué nos dice esto? Pues simplemente que la constelación es un grupo de estrellas que tiene una aparente postura fija en determinado lugar del “cielo”. Aparente, porque nosotros las vemos “cerca” pero entre ellas están a millones de años luz, como nos enseña la ciencia.
Se las “organizó” de esta manera por cuestiones prácticas: para facilitar las actividades agrícolas (ayudando a medir el paso del tiempo) o los viajes (ayudando a ubicarse en determinado lugar de acuerdo a la posición de las estrellas… antes de que existiera la brújula… o el GPS).
Las constelaciones estelares en la astrología
No confundamos la astronomía (ciencia) con la astrología que es una pseudo-ciencia (ciencia falsa o superstición) que tiene otros fines. La astrología pretende, observando a las estrellas, desarrollar un sistema de adivinación sobre las actividades históricas de los humanos.
En nuestros lares el sistema de “predicción” más usado es el horóscopo: basándose en la posición del sol y la luna en determinados signos estelares “se pretende” predecir el futuro. Junto a esto, basándose en la posición de los astros en el momento del nacimiento, también “se pretende” determinar las características de la personalidad del sujeto.
El “se pretende” lo uso porque no es un método científico el que se usa para hacer la “carta astral gratis” y los horóscopos "personalizados" (predicciones por nombre y fecha de nacimiento).
Es sobre la astrología como tal y su relación con la Revelación Cristiana que reflexionaremos en lo que sigue a continuación.
El horóscopo y el miedo a arriesgarse
Uno de los grandes dramas humanos, de todos los tiempos, es la libertad. Todos queremos ser libres… sin las consecuencias que trae el uso de la libertad. Es que nuestros actos siempre tienen consecuencias: efectos, buenos o malos, debemos esperar que sucedan.
Elegir significa dejar de lado determinadas cosas para conseguir otras. Nos gusta mucho lo que elegimos tener o hacer. Pero nos angustia lo que elegimos no poseer… dejar de lado. Más de una vez quisiéramos poder quedar indeterminados: que todo transcurra sin tener que hacer opciones. Pero esto no es posible.
Aquí es donde entra a tallar el horóscopo: no soy yo… es mi carta astral la que me hace ser de terminada manera… fueron las estrellas las que me llevaron a determinada acción en este día… es mi carácter que no puedo dominar porque soy de “aries”…
No lo hacemos de manera consciente… pero nos abandonamos a la aparente omnipresencia y omnipoder de las “fuerzas ciegas” para eliminar el miedo de arriesgarnos, la angustia de la elección. Así dejamos de ser personas: somos casi animales guiados por “fuerzas ciegas” superiores a nosotros, a nuestra inteligencia y voluntad, es decir, a nuestra capacidad espiritual de ser personas.
Orden del universo y horóscopo
¿Qué nos dice la Revelación cristiana? Sería muy largo de desarrollar, así que quedémonos con algunas ideas sencillas. (Si quieren más, lean esto del Catecismo).
En primer lugar, todo el mundo ha sido creado por la bondad divina y ha sido puesto al servicio del hombre para que lo domine.
Esto incluye a los astros del cielo que no son dioses ni dominan sobre nuestra libertad: son seres inanimados (sin vida) que se rigen por las mismas leyes naturales que el Señor les ha dado. Por eso no tienen “poder” sobre nosotros y nuestras conductas. Mucho menos rigen las actividades futuras.
Hay otra cosa muy importante que no debemos olvidar. El Mismo Señor que creó el universo lo gobierna con su voluntad. El estableció las leyes naturales y, en su Providencia, cuida a los seres humanos. El Salmo 23 habla de esa confianza en la Mano Poderosa:
“El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo.”
Las enseñanzas de Jesús
Y Jesús con firma la presencia amorosa del Padre en nuestras vidas. Citemos, solamente a modo de ejemplo, este trozo del Sermón del Monte (Mt 6,25-34):
"Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos.
Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se inquieten entonces, diciendo: «¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?».
Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan.
Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción."
El cristiano es aquel que vive cada día arriesgándose al uso de su libertad con la conciencia de que hay un Padre Providente que lo cuida. Por eso es que no necesita de horóscopos porque sabe que el “horóscopo” de Jesús es el que nos marca ayer hoy y siempre.
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