Hace 30 años se congregában en el aeropuerto de Paraná más de 100.000 católicos de la zona. Un santo llegó en avión y dejó su olor a Evangelio en las comunidades de fe. Esta fue la canción que cantó la multitud en ese momento.
Todavía sigue resonando en muchos corazones.
Espacio de publicidad automática - No necesariamente estamos de acuerdo con el contenido