La cuaresma, que iniciamos este miércoles de ceniza, es un tiempo especial de conversión, de hacernos cargo de nuestros pecados para transformarlos en vida buena. Monseñor Juan Alberto Puiggari, Arzobispo de Paraná, reflexionó desde Radio Corazón sobre este tema.

Mons Puiggari
Foto de facebook.com/ArzobispadodeParana

La espiritualidad de la cuaresma

Nuestro Pastor nos recuerda que en la Cuaresma, Él nos pide “oración, ayuno y limosna. Es un tiempo para rezar más, para prestar más atención a su Palabra. Además, es un tiempo de ayuno que no sólo es físico, porque queremos privarnos de todo obstáculo que nos aleja de Dios y del servicio al hermano. Y en tercer lugar es un tiempo de desprendimiento de lo material, pero para dar al que lo necesita. Mi privación tiene que servir al bien del hermano. La limosna no es sólo dar, sino darme”.

“Nuestro ritmo a veces es muy acelerado. Y hay momentos en los que es necesario frenar. Y ver por dónde hay que ir. A veces nos desviamos sin darnos cuenta, y nos olvidamos de encontrar momentos para Dios. Es necesario mirar a nuestro interior y preguntarle: ¿Señor, estás contento con mi vida? ¿Estoy corriendo en vano o sirve para la Iglesia?”. Por eso es importante, “frenar y mirarnos sin miedo. Cuando Él me muestra el pecado, también me muestra la gracia para cambiar. Es necio quien cree que no tiene que convertirse. Hay que entrar en esta gran Revolución de la Misericordia como nos pide el Papa Francisco”.

 Un tiempo para detenerse

Monseñor Puiggari aseguró que este es el momento para “frenar y ver por dónde ir. Es necesario mirar a nuestro interior y preguntarle: ¿Señor, estas contento con mi vida?”. Además sostuvo que “frente a todo lo que estamos viviendo, los cristianos de Paraná tenemos que sentirnos corresponsables”.

El miércoles de ceniza abre la puerta hacia la Cuaresma. Por eso el Arzobispo de Paraná afirmó en la mañana de Radio Corazón que “hoy comenzamos este itinerario que nos lleva la Pascua. Es un tiempo muy intenso de trabajo espiritual. Queremos imitar a Jesús que, por cuarenta días, se retiró al desierto”.

Una conversión que asume la realidad

Además, Monseñor hizo referencia al sentido que tiene en la actualidad la muerte y Resurrección del Señor. “En un mundo que nos presenta de manera tan concreta la prepotencia, nosotros tenemos que descubrir que el Señor de la Historia es el que está clavado en la Cruz. Y que de ahí salvó y redimió al mundo. Tenemos que saber que mi fuerza está en Él, y no en los hombres. El aparente fracaso humano de su muerte, fue el evento más fenomenal de la historia. Por eso la cuaresma tiene que llevarnos a poder morir con Él y resucitar con Él”.

Finalmente, Monseñor aseguró que “frente a todo lo que estamos viviendo, los cristianos tenemos que sentirnos corresponsables. Este tiempo es muy bueno para que los cristianos de Paraná nos sintamos responsables de todos los males de nuestra Arquidiócesis: la pedofilia, las tremendas injusticias, el narcotráfico, la trata de personas. ¿Cómo nos hacemos responsables? Ofreciendo la oración. Tenemos que descubrir el poder increíble del ofrecimiento del calor de hoy, del cansancio, de una enfermedad. Todo eso hay que ofrecerlo a Jesús para que con su gracia pascual purifique al mundo y a su Iglesia”.

Fuente

Esta noticia ha sido originada por una entrevista realizada por Radio Corazón. Invitamos a escuchar el audio completo en el link anterior.

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