En la homilía de la Misa de Santa Marta hoy el Papa Francisco abordó el tema de la confesión sacramental, de las intenciones del corazón con que cada uno debe acercarse a este sacramento para que en verdad sea fructuoso.

Papa Francisco confesandose

En la dinámica del perdón

Para entrar en esta dinámica, nos informa Zenit, hay que entrar en el gran misterio que es la misericordia de Dios. Cuando alguien se ubica en ese horizonte entonces siente “vergüenza” por los propios pecados. Para explicarlo, el Papa Francisco hizo un auto-dialogo al que le saca las consecuencias:

"El protagonista del Evangelio de hoy no logra hacerlo. Es el siervo que al que el patrón perdona su deuda grande, pero que a su vez es incapaz de perdonar a un deudor pequeño. ‘No entendió el misterio del perdón’.

Si pregunto:

– ¿Todos ustedes son pecadores?

– Sí, padre, todos.

– ¿Y para obtener el perdón de los pecados?

— Nos confesamos

— ¿Y cómo van a confesarse?

– Bueno, voy digo mis pecados, el cura me perdona y me da tres Ave María para rezar y después vuelvo en paz.

Tú no has entendido porque tú solo has ido al confesionario para hacer una operación bancaria, una gestión burocrática. No has ido avergonzado de lo que has hecho. Has visto algunas manchas en tu conciencia y te has equivocado porque has creído que el confesionario era una tintorería para limpiar las manchas. Porque has sido incapaz de avergonzarte de tus pecados."

La diferencia entre zafar y reconciliarse

Quien se acerca buscando un simple quitamanchas para el alma, entonces no entendió la dinámica sacramental y sale pensando “me salvé”. Y eso, como consecuencia, le transforma en alguien que “no entendió la generosidad del patrón”. Esto se manifestará en quesomos incapaces de perdonar. Por esto el perdón es un misterio”.

La gracia del perdón al otro

Para alcanzar el fruto del sacramento es necesario (nos informa Aleteia) , entonces, comenzar por la conciencia de ser previamente perdonados por el Señor:

Si no tienes conciencia de ser perdonado nunca podrás perdonar, nunca. Siempre estará esa actitud de pedir cuentas a los demás. El perdón es total. Solo cuando soy consciente de mi pecado y me avergüenzo, pido perdón a Dios y me siento perdonado por el Padre, así puedo perdonar. Si no, no puedo perdonar, soy incapaz. Por esto el perdón es un misterio”.

Por eso Francisco nos invita a orar, apedir la gracia de la vergüenza delante de Dios. Es una gracia enorme avergonzarse de los propios pecados y así recibir el perdón y la gracia de la generosidad de dar el perdón a los otros. Porque si el Señor me ha perdonado tanto, ¿quién soy yo para no perdonar?"

El ejemplo de vida

En una reciente celebración penitencial en Roma, en la cual el Papa Francisco participó confesando a varios feligreses, sorprendió a todos cuando él mismo se acercó a un sacerdote a confesarse.




En definitiva, como dice el dicho popular: "que la Pascua nos encuentre confesados".

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